Ideas

Soy una persona que siempre busca ser su mejor versión de sí mismo. He crecido, sabiendo que si puedo hacer las cosas bien, puedo hacerlas mejor. Al principio, sentía que era un obligación autoimpuesta, que paulatinamente me iba a hacer mas egocéntrico o más delicado a las críticas. Hay compañeros de mi universidad, por ejemplo, que alardean mucho, muchísimo que son mejores que todos, en la cuestión académica y profesional. Que no hay nadie que les llegue a su nivel, constantemente discuten con otros para probar su punto y hasta llegan a entrar en conflictos con los maestros. Uno de ellos llegó a discutir con su maestro, solo porque no habían escogido el tema que él quería que se expusiera frente a la clase, y tanto fue su enojo, que se empezó a burlar de sus compañeros cada vez que pasaban al frente. Es ridículo.

Yo, por otro lado, estoy muy de acuerdo que no es correcto quedarse atrás cuando tienes el potencial suficiente para lograr cosas extraordinarias. Pero también pienso que la humildad y la prudencia, son dos valores que no deben pasar desapercibidos. 

Sin embargo, y algo que es bastante cliché, es que mientras más me esfuerzo por hacer las cosas bien, menos satisfecho me siento. Tengo este desagrado constante de saber, que nunca logro alcanzar mi máximo potencial. A veces me siento frustrado en cosas tan sencillas como mi ropa, cuando siento que no escogí un color que combinara mejor. La última vez que esto me pegó bastante fuerte, fue el día que descubrí que es más importante hacer contactos en el mundo laboral que realmente saber mucho. El mundo es así, se valora más la clase de gente que conoces que lo que puedes retener de conocimiento; durante los primeros años de mi universidad, me empeciné en la tarea de aprender cada día más, aprender nuevas cosas, adquirir más habilidades. Poco me interesaba conocer a personas, o visitar a los maestros en sus oficinas. Pensaba, y sigo pensando, que es vergonzoso llegar con personas que sabes que son malas, y endulcorarlos con halagos... porque ésa es otra cosa. Mientras más pasa el tiempo, más te das cuenta de lo poco que conoces a las personas.