Hey! mis queridos lectores haha hoy les vengo a contar sobre un lugar que descubrí cerca del lugar donde estudio, atentos los amantes de harry potter porque si a ustedes les gusta tanto la saga como a mi este sitio les encantará. Después de un agotador día escolar, finalmente había llegado el momento de relajarme un poco. Siempre me he considerado un gran fanático de la saga de Harry Potter, y estaba ansioso por escapar de la rutina escolar. Antes de seguir contando sobre aquel lugar, les tengo la primicia de que hice un amigo en el salón de clases, y con él con quien comparto mi amor por el mundo mágico de J.K. Rowling, me propuso que fuéramos a explorar los alrededores fuera del campus después de clases. No tuve que pensarlo dos veces antes de aceptar su invitación.
Salimos del edificio escolar, y mientras caminábamos por las calles, charlamos sobre nuestras clases y nuestros personajes favoritos de la serie. La tarde estaba soleada y agradable, y la idea de pasar tiempo fuera del aula era revitalizante. Pronto, nos encontramos con una pequeña pastelería que, para mi sorpresa, estaba ambientada al estilo de Harry Potter.
Las luces parpadeantes en forma de estrellas en el escaparate y el letrero que decía "La Madriguera de los Sabores" capturaron nuestra atención de inmediato. La puerta de madera vieja crujía al abrirse, y al entrar, nos sentimos transportados al mundo mágico de Hogwarts.
Había estantes llenos de dulces y pasteles que hacían referencia a los libros y películas de Harry Potter. Desde las famosas grageas Bertie Bott de todos los sabores hasta las tartaletas de calabaza que Ron Weasley amaba tanto. El aroma a canela y chocolate llenaba el aire, y la decoración del lugar nos hacía sentir como si estuviéramos en el mismísimo Caldero Chorreante.
Pedimos unas tazas de cerveza de mantequilla y un pastel de chocolate con forma de la Snitch Dorada. Nos sentamos en una mesa junto a una ventana con cortinas de terciopelo rojo, desde donde podíamos ver pasar a la gente por la calle. Las conversaciones de los clientes en la pastelería giraban en torno a las aventuras de Harry, Hermione y Ron, y la camarera estaba vestida como una bruja con una varita mágica en la mano.
Mi amigo y yo pasamos un rato ameno en aquel sitio, disfrutando de la deliciosa comida y compartiendo nuestras teorías y momentos favoritos de la saga. Parecía como si Hogwarts hubiera aparecido mágicamente en nuestra propia ciudad.
Al final, nos despedimos de La Madriguera de los Sabores con una sonrisa en el rostro y un poco de magia en nuestros corazones. Habíamos encontrado un rincón especial que nos permitía escapar de la realidad y sumergirnos en el mundo de Harry Potter, un lugar donde la magia siempre se sentía viva. Fue el escape perfecto después de un día escolar agotador, y estoy seguro de que regresaremos muchas veces más para revivir la magia una y otra vez.
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