En la noche eterna, dos almas se encuentran en danza,
una noche estrellada y un suspiro de esperanza.
Una sombra en penumbras y un lucero fugaz,
se entrelazan en un baile, sin saber cómo ni por qué.
El corazón de hielo, en mi pecho en la oscuridad,
se estremece y despierta al sentir tu verdad.
Una melodía desconocida, eco de un pasado lejano,
hace latir mi alma, recordando un amor profano.
El eco de tus pasos, un susurro en mi mente,
despierta sensaciones que creian durmientes.
Mi corazón de niebla, que dejó de latir,
siente ahora la llama que cree extinguir.
No comprendo las razones de esta pasión enloquecedora,
una una humana en mi noche, una estrella tentadora.
Pero en tus ojos descubre un brillo ancestral,
que aviva el fuego frio en mi ser inmortal.
Eres un sol en invierno, un respiro en el vacío,
una fuerza inexplicable que ha cautivado mi serio.
No entiendo por qué ni cómo ha llegado hasta aquí,
pero tu presencia despierta un anhelo que creyó morir.
Mi corazón de sombras, se agita y despierta,
en tu cercanía, su esencia más secreta.
Pues aunque soy un susurro en la noche, en días pasados,
Sentí este amor arcano, con fuerza desmedida.
Tu piel, suave como un suspiro en la brisa,
me lleva a un tiempo que pensé haber dejado atrás.
Tu risa, melodía celestial en mi existencia nocturna,
enciende la pasión, disipando mi indiferencia taciturna.
¿Qué eres encantadora, presencia, que me envuelves así?
¿Por qué mi corazón se rinde ante ti?
Una contradicción viva, un enigma sin resolver,
donde el amor renace, como una flor al amanecer.
En tu mirada encuentro respuestas inesperadas,
un renacer en lo eterno, una conexion soñada.
Aunque soy la noche y tú un fulgor en el horizonte,
en este cosmos prohibido, el amor se desmonte.
Permíteme amarte en el susurro y el abrazo,
donde nuestras almas se encuentran en ocaso.
Pues aunque desconozco la razón de esta pasión,
sé que en tus brazos encuentro la calma a mi confusión.
En tus labios, el néctar que mi sed ha anhelado,
un amor inusual, en mi historia ha quedado plasmado.
No importa si soy el silencio y tú, el latido de vida,
en este amor prohibido, encontraré la paz perdida.
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