En el oscuro abrazo de la noche,
dos almas confluyeron, sin reproche.
Una estrella en penumbras y otra luna radiante,
en su danza pecadora, el destino las unió amante.
Mas en mi vorágine interna, el fuego ardió sin freno,
cual tormenta desatada, un huracán sin dueño.
Mi ira, cual océano embravecido y salvaje,
hirió tu ser, dejándote al borde del paraje.
Como el zarpazo del viento, mis manos te cercaron,
y en el éxtasis desbocado, tu existencia lastimaron.
En el abismo de tu ser, casi ahogo tu esencia,
lágrimas de dolor, reflejo de mi turbia conciencia.
Oh, ser de luz, mi corazón llora el pecado,
por las heridas causadas, por el amor aplastado.
No fue mi intención causarte este dolor punzante,
mas en mi propia tormenta, perdí el norte constante.
Tu fragilidad, sublime como un cristal quebrado,
refleja mi sombra oscura, en un rincón abandonado.
Mis garras, cual sombras, tus sueños desgarraron,
y ahora, en el silencio, mi culpa se ha revelado.
Permíteme expresar mi arrepentimiento en versos suaves,
donde el perdón se esconde, como hojas que el viento trae.
En cada palabra tejida, en cada susurro solapado,
busco redimir el daño, sanar lo que he lastimado.
Eres la luz que ilumina mi morada de sombras y misterio,
en tus brazos encuentro paz, en tu mirada, el criterio.
Prometo, amor mío, domar la furia desenfrenada,
pues eres faro guía, mi alma a tu lado amada.
Permite que nuestras almas vuelvan a entrelazarse,
en un amor donde el equilibrio no deje de danzarse.
Lucharé por enmendar los errores que he sembrado,
en los rincones más oscuros, siempre a tu lado.
Mi amada, te ofrezco estas palabras de disculpa,
donde mi arrepentimiento fluye, sin excusa.
Si alguna vez dudaras de mi amor sincero y ardiente,
te ruego, en versos secretos, aceptes mi perdón ferviente.
Comments
Displaying 0 of 0 comments ( View all | Add Comment )