Sufre sufre, verde azufre

(inhala)

Probablemente esta es la manga más sucia de la ciudad, o no La verdad es que no conozco mucho esta ciudad. Dime si estoy en lo cierto y el cielo está gris porque vos estás triste, yo siento que es un presagio, quisiera no estar tan atada y dejar de observar el televisor, apagarlo, sacarte de allí. El obturador abierto durante dos segundos y medio. Desapareces.

Quiero hablarte de cómo la corriente se lleva el dolor pero también el amor, los sueños, el futuro, la vida. No te arranca porque sos evanescente pero te siento desvanecer así como alcanzo a sentir el humo salir de mi boca y luego lo veo subir a la atmósfera, lejos de mí, intangible. Como tú.

Podríamos quedarnos aquí, bajo el feo cielo, sobre el sucio suelo. Pero tú quieres clonarte. Tus clones no me agradan.

(exhala)

Aquí acostada no soy nadie, mis reproches no son pertinentes, vos y yo venimos del mismo sitio y estamos en la misma esquina oscura. Pero yo voy a cruzar la calle, así como todos los demás. Y me duele pensar en verte desde el otro andén. No soy nadie para dirigirte la palabra, no puedo hacer nada más que dejar que me duela.

 Y si no tuviera que corresponder a mi orgullo dejaría mis lágrimas caer en el mismo suelo en que ahora caen las tuyas. Me entendiste.

Mis ojos no son como el lente, las luces se me desenfocan, los labios me duelen, el roce me pesa. Esta es la primera vez, es la primera sin, la primera con, la primera estando, la última, esta es la última vez. Mi única luz y cuatrocientos pesares, perdones, un solo beso y que la virgen te acompañe, si es que está, si es que es ciega y no puede verte llorar.