Dembélé se sigue riendo del Barça

El problema es que la diferencia que separa a ambas partes es la económica. El jugador, de manos de su representante Mousa Sissokko, pretende que el club le suba el salario hasta en 10 millones netos, aduciendo que tiene ofertas encima de la mesa de otros clubes mucho más generosas en este ámbito. PSG y Chelsea son los aspirantes a contratar al jugador, que a partir del 1 de julio ya será agente libre, y por él sólo habría que pagar una prima de fichaje.

El club, consciente de la delicada situación económica, le ha ofrecido ya con esta última oferta de 7 millones netos, la quinta propuesta desde que se empezaron a sentar para negociar hace casi ya 12 meses. El problema es que en diciembre, las posturas estuvieron más lejos que nunca, e incluso se sopesó dejarlo salir en enero, pero el entrenador, Xavi Hernández, abogó por el jugador y consiguió que la directiva le permitiese contar con él los últimos meses de la temporada que recién termina.

Al final nos encontramos con el panorama estéril de que el jugador, a siete días de vencer su contrato, insiste vanamente de que quiere quedarse, pero sus pretensiones, lejos de acabarse, no han cambiado ni un ápice. Así que todo apunta a que, salvo sorpresa de último momento, Ousmane Dembélé regresará de sus vacaciones sin club que echarse a la boca, porque, ¿adivinan qué? Ni Chelsea, ni PSG le han puesto nada encima de la mesa. Así que hoy por hoy, y a la espera de que se resuelva la situación, si Dembélé no se espabila y toma una decisión, a partir del 1 de julio estará sin equipo. 

Mi opinión es muy clara: Yo no quiero que este jugador vuelva a vestir la camiseta del Barça, porque puedes despreciarlo una vez, pero si luego no muestras un arrepentimiento sincero, para mí, una vez la cagas, estás vetado para los restos.