4 chicles.

Fue así como terminé en una plazoleta de baldosa negra grande, rodeada de un montón de almas tan ignorantes como yo, pero mucho más desesperadas, estancadas y engañadas. Eran las 4 de la tarde y mas de la mitad de ellas ya no estaban totalmente entre los mortales, veían de manera diferente el mundo y hablaban como si por lengua tuvieran un montón de monedas de mil. yo iba para terminar así, pero hay algo dentro de mi que nunca me permite perder obviamente todo el control cuando huyo porque sé que a la larga voy a tener que volver, y si vuelvo con el alma incompleta y el lenguaje trastornado nunca más me dejarán respirar el aire puro de la burbuja en la que nunca quiero estar pero aun asi es mi mejor alternativa para llegar.

Y entonces dejé ir un tercio de mi ser, me quedé pasmada pensando en lo poco que todo valía la pena, en lo mucho que me dolía el mundo. Intenté hablar con la mujer de mi interior pero está enfadada conmigo. De lejos vi como la joven rubia que me acompañaba se iba transformando en un ser insoportable. Huí de las personas conocidas y me encontré con unas nuevas, pero esas huyeron porque son más inteligentes y no estaban desesperadas, tuve que ir donde otras y así estuve toda la tarde noche huyendo. Huía de mi misma seguramente porque en todo había algo de lo que quería huir, y el común denominador soy yo.

Un vacío interior se fue acrecentando y decidió llenarlo temporalmente, me recogí el cabello y aproveché que me prestaron un buso para ir robándole mareos a diferentes almas ya desorientadas. "Que linda te ves hoy" "que es eso?, me lo prestas?" Distracción y acción, hasta que logré llenar el vacío, luego quise más porque de igual manera iba a pasar mucho tiempo esperando de nuevo. A escondidas de las personas que me iban a cuidar pero ya estaban más transtornadas que yo, volví a respirar y ellas no van a saberlo en mucho tiempo, tal vez nunca. 

Me dieron las 7:20 de la noche de un viernes, tenía que responder por la rubia quien ya había armado un espectáculo bastante ridículo y duradero, exploté.

No me despedí bien de nadie, la arrastré 4 cuadras y media, y nos compré cuatro chicles para disimular el error. Ella reía, hacía chistes que no me causaban gracia, yo le pedía que se callara, necesitaba controlar mi inestabilidad para poder llevarnos de vuelta a la burbuja con vida. La subí a un bus, y soporté todo un viaje infernal a su lado, en ese momento me hiciste falta pero recordé que los ángeles como tú no pueden volar en el infierno conmigo y me dí de nuevo al dolor. 

Durante el viaje no hice más que pensar en lo joven que soy para todo esto, lo tonta que ella se vio, las razones por las que me dejaste. 

4 chicles para enmendar los errores de 14 años.

Ya no se quien soy.

Al final fueron solo 61 días.