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Todos los días,

en todas las noches,

en todos mis sueños,

ahí te escondes.

¿Quién eres?

¿Qué intentas hacer?

¿Qué se hace con ese fantasma sin nombre?

Ese muerto que no está muerto,

porque todavía tiene cuerpo.

Quisiera que pase ya el tiempo,

que sea otro día,

otro mes,

otro año.

A veces me cuesta vivir el día a día:

es doloroso estar consciente

cuando sangro.

Yo no quise esto,

pero debió pasar.

No quiero hacer esto,

pero debo hacerlo.

Quién jura amar por siempre…

¿y si lo hace?

Qué tonto.

Es condenarse a uno mismo

en la eternidad,

incondicionalmente.

Es quemarse por dentro

sin nadie que apague el fuego.

Y aun así,

tristemente,

yo soy la tonta que arde.