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La Sensibilidad del Ocaso
Las cuerdas de una guitarra al caer la noche
son tan sensibles como un llanto de un quebranto muerto.
En el aire quieto, la madera da voz al reproche
de un dolor silente, de un recuerdo ya incierto.
Cada pulsación es un suspiro en la penumbra,
un eco tembloroso de lo que ya no existe.
El sonido se desgrana, la tristeza lo alumbra,
con notas de ausencia que el alma resiste.
De la caja sonora emerge un lamento añejo,
que no es de pena viva, sino de paz conseguida.
Un duelo consumado que se mira en el reflejo
de la luna de plata en una fuente dormida.
No hay amargura en este acorde que se extingue,
solo la fina línea entre la luz y el olvido.
Y el toque del músico, sabio, sereno, distingue
la belleza callada de aquello que se ha ido.
Comments
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Keerfloey
Q lindo :3