Poemas no mios

Ved! En una noche de gala,
En los tardíos años desolados.
Una hueste de ángeles alados,
Envueltos en velos y ahogados en lágrimas,
Sentados en el teatro, para ver
Un drama de temores y esperanzas,
Mientras la orquesta balbucea
La música de las esferas.

Unos mimos, hechos a imagen del Dios Alto,
Murmuran y susurran en voz baja,
Revoloteando de un lado a otro:
Simples títeres que vienen y van
Al capricho de unas vastas masas informes
Que recorren el escenario proyectando
Con sus alas de cóndor el invisible Dolor .

El drama apretado (que no caerá
En el olvido, estad seguros)
Con su fantasma perseguido sin cesar
Por una turba que no lo puede apresar,
A través de un círculo que siempre gira
Sobre el mismo espacio,
Y tanta locura, y aun más Pecado
Y el Horror como alma de la intriga.

¡Pero, ved! en medio del gesticulante tumulto,
Una forma reptante se introduce:
Una cosa sanguinolenta que se debate
En la soledad del escenario.
¡Se retuerce! ¡Se retuerce! Con mortal angustia
Los mimos se en su cena,
Y los serafines lloran al ver los colmillos
Embebidos en sangre humana.

¡Afuera, afuera las luces, afuera todo!
Y sobre cada sombra palpitante
Cae el telón, como una mortaja fúnebre,
Con el rugido de la tormenta,
Mientras los ángeles, pálidos y excitados,
Se ponen de pie y quitando sus velos declaran
Que la obra es la tragedia del Hombre
Y su héroe el Gusano Vencedor.

Autor del poema: Edgar Allan Poe 


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