Me cansé de no sentir

Hay algo peor que te rompan el corazón, y es no volver a sentir nada después.
Pasa el tiempo, conoce gente, intentarás abrirte otra vez, pero no pasa.
Nada te emociona, nada te mueve, nada te toca.
Y uno se pregunta si el corazón se apagó del todo o si solo está escondido, esperando que alguien lo despierte sin hacerle daño.

Yo ya intenté. De verdad lo intenté.

Hablar con alguien nuevo, darme la oportunidad, salir, escuchar canciones románticas como si eso reviviera algo… pero no.
Nada.
Todo me sabe igual.
Y mientras tanto, las ganas de tener a alguien siguen ahí, vivas, pero encerradas detrás de un muro que ni yo misma sé cómo tumbar.

A veces me da rabia.
Porque sí quiero amar. Quiero sentir mariposas, quiero esas ganas tontas de escribirle a alguien, quiero los abrazos en días lluviosos, las salidas, la complicidad.
Pero cuando me intento acercar a alguien, algo dentro de mí dice “no, no otra vez” .
Y retrocedo.

Y ahí es donde todo se vuelve aburrido.
Hablar con alguien por quien no siento nada es como fingir interés, y no me tienta.
No es mi culpa, pero a la vez sí.
Porque no sé si realmente me estoy dando la oportunidad o solo estoy intentando forzar algo que no nace.
Y eso cansa, cansa muchísimo.

Tal vez un día vuelva a sentir.
Tal vez no.
Pero si algo tengo claro es que no estoy rota: solo estoy sanando a mi ritmo, aunque duela, aunque me tarde.