poema

La extraño, lo confieso, a cada hora, sin cesar, Dicen que no es el fin del mundo, que el dolor pasará,que hay mejores cosas, pero eso no lo puedo aceptar.

No es el fin del mundo, pero sí el fin de un mundo nuestro,de risas compartidas, de un universo hecho de dos.Apodos secretos, planes que solo nosotros entendíamos,chistes privados que nadie más comprendería.

Sé que nada es eterno, que la vida sigue su curso, pero no callaré mi pena, no ocultaré mi dolor. No fingiré una sonrisa, no reprimiré mi llanto, porque extrañarla no es debilidad, es ser humano.

Permítanme sentir, recordar, llorar, anhelar su regreso, sentir la pérdida en su totalidad, sin fingir. Una última muestra de amor, un homenaje a lo vivido, un canto a la memoria de un amor inolvidable.

Tenía tanto que enseñarle, tantas historias que contar, tantas conversaciones que nunca llegaríamos a tener. Abrir mi corazón, ¿fue un error? Tal vez, en este dolor, pero ¿no es eso el amor? Darlo todo, sin temor.

La herida abierta, la costra arrancada, el dolor intenso, el aire que respiramos antes ahora me hace daño. El agua que lava mis heridas son lágrimas de dolor, brillantes como sus ojos a la luz de la luna.

Quiero sentir de nuevo su aroma, sus labios, sus manos,su amor, su calor, su presencia, una vez más.Aunque sea un eco, aunque sea un susurro en el viento,la memoria de su amor será mi eterno consuelo.