14 de octubre

Nunca entendí por qué la gente amaba tanto la lluvia, hasta el día en que te perdí para siempre, el 14 de octubre.

Eran las ocho de la mañana y llegaba tarde al instituto, no me apresuré, el cielo estaba oscuro y ni siquiera me traje un paraguas, me sentía vacía, odiaba mojarme pero ese día ni siquiera fue molesto, a decir verdad fue agradable, ese día entendí por qué la gente amaba tanto la lluvia, y sobre todo recordé lo mucho que tú la amabas.

Me sentía completamente sola, y lo único que llenó ese vacío fue el susurro de la lluvia en el silencio.

Después de ti, no volví a ser la misma, perdí amigos de toda la vida, y también familiares, pero su pérdida ni siquiera me importó, porque yo ya había perdido lo que más amaba.

Cada vez que llega la lluvia puedo recordarte, puedo llevar una parte de ti conmigo, una parte que nunca podré tener.