Hoy, en esta noche de septiembre,
me siento como la incertidumbre.
Desde mi techo contempla la ciudad indiferente,
y en mi pecho tarde un dolor que no puedo contener;
Me fragmento sin piedad,
me disperso en cada sombra.
La sinceridad no abre puertas esta vez.
SΓ³lo encuentro doble moral:
gotas amargas de dos limones,
dos soles cansados,
dos lunas apagadas.
Tengo tantas palabras por gritar,
quΓ© lΓ‘stima que no quieras escucharlas.
En mi garganta se enredan alambres,
me impiden hablar,
pero no temo sangrar si al hacerlo protesto,
si al hacerlo logro decir mi verdad.
El alba se esconde y aΓΊn te pienso.
Aunque me duela por dentro,
un deseo fuerte me consume,
una predilecciΓ³n secreta me retiene.
QuΓ© castigo cruel es no ser amado,
quΓ© condena amarga,
y sin embargo sonrΓo en el filo del sufrimiento,
feliz de sentir, aunque duela tanto.
Recuerdo esa medianoche:
tΓΊ y yo, tendidas en lechos paralelos,
hablando suavemente.
El temblor me recorrΓa,
la fragilidad me delataba,
y con una esperanza vieja, sostenida durante aΓ±os,
terminΓ© confesando lo que me quemaba:
terminΓ© diciendo lo que hoy aΓΊn me parte como vidrio roto,
TerminΓ© diciendo bochornosamente
Β con vergΓΌenza y cierto temblor:
βTe amoβ.
uno que nuevamente desde ese viejo aΓ±o nuevo no fue contestado.
Comments
Displaying 0 of 0 comments ( View all | Add Comment )