Si eres artista eres un fantasma.

¿Recuerdas cuándo dibujabas por gusto? Yo sí.

Recuerdo cuando dibujaba para mí, sin querer cumplir las espectativas de nadie, con el simple objetivo de hacer algo porque me apetecía. Dibujaba y los dibujos se quedaban en el papel donde los hice. Hacía videos bobos con música de fondo y los subía, pero era algo que hacía para mí. No esperaba algo a cambio.

Hará un año y medio desde que cree mi propia cuenta de artista en Instagram, todo comenzó con el simple deseo de mantener un registro público de lo que hacía, pero poco a poco se convirtió en una obligación, casi en un trabajo. "Tengo que conseguir más seguidores, debo hacer Reels para llegar a más audiencia, ¿por qué no tengo más likes?". Es lo que inundaba mi cabeza en aquel momento. 

Dibujaba y dibujaba, pero no por gusto. Si no subía algo en un tiempo, debía disculparme y justificarme, incluso aunque nadie de mi audiencia fuera real, todos eran artistas que también estaban desesperados por llegar a alguien, artistas que te siguen para que los sigas y sigues para que te sigan. A ellos no les gusta lo que haces, no te siguen por lo que haces.

El mundo está lleno de increíbles artistas sin un público y con redes sociales que no los apoyan. 

Es así como convierten a los artistas en robots de contenido rápido y sin alma en busca de una audiencia, fantasmas intentando ser vistos pero que terminan en una recopilación de videos paranormales.