Aurore II

Oh, Aurora, te sigo sintiendo cada vez que lloro,
cada vez que me ahogo en mi río y mi laguna,
cada vez que me aferro a recuerdos ambiguos y falsos,
recuerdos que alguna vez me daban fuerzas.
Childish love:

ni del todo mal, ni del todo bien.

Aurora, pienso que esto es un castigo,
pues no fui la niña buena que merecías.
Aurora, dime algo más que el silencio,
yo podría esperarte veinticinco años si así lo pidieras,
pero sé que tú no me esperarías ni la mitad de ellos.
pienso con ironía, en volverme devota al gran señor,
refugiarme en cualquier templo si no puedo estar contigo;
lo sé, suena exagerado… pero es porque estoy triste.

Aurora, deseo hablarte, pero no sé ni dónde empezar.
Me pesa destruir toda una personalidad frente a ti,
pues casi siempre te hablé desde el amor y el cariño.
Dejaba pequeños mensajes, dobles intenciones románticas,
un te amo cada noche, un apodo estelar, apocalíptico.
Aurora, ¿por qué te sigo amando si me rechazaste hace unos días?
¿Por qué esa certeza me hace amarte aún más,
más intensamente, más culpablemente?
He llorado diecinueve días y quinientas noches—es un decir,
no soy dramática, pero he creado un mar a mi alrededor.
Aurora, me contradigo, siempre lo hago.
La carta es cierta, pero también me duele,
me duele, me duele, me duele en todas las formas posibles.

Aurora, sé que soy un fracaso,
no fui el primer amor que imaginé ser, que creía que era ni el que preferirias
Ni siquiera sirve para eso.
Aurora, me siento patética en todos los sentidos,
en todos los gritos.
Aurora, no es tu culpa: es mía,
mía por seguir enamorada después de dos años.
Aurora, quisiera que me amaras solo por una noche.
Dame una noche, un día, una tarde,
y yo te amaré como nunca nadie lo ha hecho.
Después, felizmente, volveré a ser
la amiga que quieres que sea.
Para siempre.

Aurora, aún siento vergüenza.
Aurora, no necesito metáforas.
Aurora, te amo.