Vivir con los ecos del pasado

Hay días en que siento que no estoy en mi propio cuerpo, que estoy atrapada en recuerdos que no pedí traer de vuelta, un golpe, un ruido, un grito, o incluso un silencio pesado, me tiran de golpe a un lugar que creí olvidado y d repente estoy ahí, temblando, respirando mal, sintiendo miedo, rabia, dolor… y nadie me ve, nadie sabe lo que duele estar atrapada en tu propia cabeza.

El estrés postraumático no es solo recordar, es vivir con los nervios tensos, listos para reventar en cualquier momento, es sentir que tu cuerpo funciona solo, que la mente y el corazón no se sincronizan. La gente dice “Supéralo, deja eso atrás”, pero no entienden, no es algo que puedas dejar atrás, es cmo un compañero invisible que te sigue a tdos lados, que se sienta contigo, que duerme contigo, que te habla cuando nadie más escucha.

Hay noches que no duermo, que los recuerdos vienen con olores, con voces, con imágenes que me revientan el pecho, alli trato de respirar, de convencerme de que estoy a salvo, pero mi cuerpo no escucha, es cmo si se rebelara, el miedo se siente más real que cualquier otra cosa y cada ruido, cada gesto de alguien, es un disparador, no hay aviso, no hay razón, simplemente pasa, y quedas a volunta de tu propia cabeza.

A vces me siento culpable por sentirme así, por no poder seguir adelante como esperan o cmo lo hacen los demas, por los días que me bloqueo, que lloro sin razón, que siento un peso en el pecho que me aplasta y me hace dudar si algún día voy a salir de esto. Lamentablemente siento que hay partes de mí que siguen atrapadas y que no quieren soltarse que mi mente grita cosas que yo no quiero escuchar.

Aprender a vivir con TEPT es lento y cuatico, es aceptar que no siempre habrá explicaciones, que hay cicatrices invisibles, que los flashbacks, ataques de ansiedad y pensamientos intrusivos no me hacen débil, solo me hacen persona, solo me recuerdan que sobreviví a algo que mi alma aún procesa.

A veces siento que gritaría hasta quedarme sin voz, que rompería todo a mi alrededor para sacar esta angustia que me quema por dentro, otras veces me encierro en mí misma intentando calmar el temblor que recorre mis manos y piernas, y ahí entiendo que vivir con esto es una lucha constante contra tus recuerdos, contra tu propio cuerpo, contra la idea de que deberías ser “normal” o “fuerte”.

Y aun así, hay momentos pequeños que me recuerdan que sigo aquí, que sigo respirando. Que aunque el miedo, la culpa y la desesperación estén conmigo, también está mi voluntad de seguir, de sobrevivir, d aprender a convivir con este fuego que quema por dentro sin consumirme del todo.

No hay un camino recto, no hay soluciones rápidas, solo días buenos y malos, días que duelen menos y días que duelen más que nunca. Aceptar eso, aceptar la vulnerabilidad, aceptar que vivir con TEPT significa sentir dolor y miedo todos los días, es un acto de valentia.




0 Kudos

Comments

Displaying 0 of 0 comments ( View all | Add Comment )