Juventud ¿Divino tesoro?

Joven es el que tiene hambre.

Hambre de justicia, hambre de verdades, 

hambre de revolución.

Ser joven es tener voz.

Ser joven es alzar la voz.

Ser joven es tener algo qué decir.

Ser joven es saber por qué luchar.

A los jovenes de ayer les robaron el futuro, 

y a nosotros nos robaron hasta el presente.

Crecimos entre deudas y desequilibrios mentales.

Nos empobrecieron el cerebro junto a la educación,

e imprimieron más y más billetes mientras se olvidaban de fabricar oportunidades.

Hoy parece que la culpa la tenemos nosotros, que nos criaron con "empatía" como mala palabra, y con "pobreza" como una prisión sin salida.

esos mismos que quieren adueñarse el futuro que nos aguarda, decidir sobre nuestros cuerpos y nuestra identidad. Privarnos de la felicidad y de una vida digna.

Pero ser joven es tratar de encontrarse.

A pesar de criarse lejos del tango, el joven se busca en las canciones indoloras que le acerca la industria,

y a pesar de criarse ya sin potreros, se curte gambeteando perdigones que buscan reprimir su grito.

Ser joven es tener la fuerza para desafiar a la autoridad, y al destino las veces que sean necesarias.

Ser joven es perseguir utopías, aunque ésto sea una ofensa para las instituciones. 

Ser joven es cantar, es bailar.

Ser joven es destacar la libertad propia de la marginalidad a la que te somete el mundo.

Llevar la retórica y no quedarse en un lenguaje llano. Ser joven es llevar la voz cantante.

Romper los eslabones con los que nos encadenaron las generaciones pasadas, y lucharla aunque a ellos no les guste.

Ser joven es revelarse, dudar de todo menos de tu propia voz.

Ser el dedo en la llaga de los que nos quieren pacientes.

No vinimos a resolver dudas, vinimos a llenarlos de preguntas.

Ser joven es atreverse, y no atreverse a cometer el enorme sacrilegio de no atreverse.

Ser joven es no olvidar.

tener memoria.

Ser joven es amar.

Nadie va a someterme a una vida comandada por el odio y la conformidad.

Nadie va a atarme a una vida lineal carente de sorpresas, de risas, de llantos.

De realismo mágico.

Nadie más que yo rige mi propia vida, mi propio cuerpo, mi identidad, mi juventud.

Porque tengo por qué luchar, y porque me decido a alzar la voz.

Porque me resulta extraño que me quieran hacer ver a la juventud como una etapa especial, cuando debería de ser la única forma de vida posible.

Porque la juventud no termina cuando uno crece, termina cuando uno se queda callado.

-tea.