“Policías de moda” y la desinformación: Cómo se está matando al estilo alternativo sin darte cuenta

En un mundo donde todos parecen tener una opinión sobre cómo deberías verte, vestirte o expresarte, las “policías de moda” han dejado de ser memes para convertirse en una amenaza real, especialmente dentro de las comunidades alternativas. ¿Te has vestido con algo distinto y alguien ya está diciendo que “eso no es gótico”, “eso no es grunge” o que “te ves ridícula”? Sí, es el efecto de esa policía silenciosa que patrulla redes, pasillos escolares y hasta tu grupo de amigos.

¿Quiénes son los policías de moda?

No vistan de uniforme, pero están por todas partes. Son personas (a veces incluso dentro de la misma comunidad alternativa) que se creen con la autoridad de validar o invalidar estilos ajenos. Se meten a dictar reglas imaginarias, corrigen con arrogancia y convierten la autoexpresión en un examen constante que nunca apruebas.

El problema no es solo la crítica… es la desinformación

Muchas veces, estas “correcciones” vienen de personas que no tienen ni idea de lo que están hablando. Repiten clichés, mezclan estéticas sin contexto, o peor: dicen que algo “no es válido” sin saber su historia. Por ejemplo:

Creen que el gótico es solo usar negros y crucifijos (ignorando sus raíces musicales, literarias y culturales).

Atacan a quien mezcla estilos, sin saber que muchos movimientos alternativos nacieron justo de eso: de romper reglas.

Dicen que alguien “no es real” por comprar en Shein, sin considerar que no todos tienen acceso a ropa cara o vintage original.

El resultado: menos libertad, más confusión, más elitismo.

 El estilo alternativo no necesita tu permiso

Lo alternativo, por definición, no busca aprobación. No nació para encajar, ni para seguir tendencias mainstream. Entonces, ¿por qué ahora parece que necesitas una certificación para “ser alternativa de verdad”?

Porque la estética se volvió moda. Y donde hay moda, hay vigilancia.

Pero el estilo alternativo no se trata solo de ropa, sino de ideas: de rebeldía, de cuestionar normas, de mameluco con lo impuesto. Por eso, no tiene sentido que ahora se impongan

 nuevas reglas para ser “válido”.

 En resumen…

Vestirse distinto no debería ser una guerra. Pero mientras sigamos permitiendo que la policía de la estética reine en redes, comentarios o incluso dentro de la comunidad, lo alternativo se vuelve una cárcel más. Y eso no tiene nada de alternativo.

Así que la próxima vez que alguien te diga “eso no es goth”, “te ves rara” o “esa ropa no va”, recuerda:

No necesitas su aprobación. Solo tu espejo, tu historia y tu forma de resistir.