tea_parabellum 's profile picture

Published by

published

Category: Music

Sheriff, Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota

SHERIFF: UNA REALIDAD FRÍA, DESPIADADA Y FATAL

“Sheriff” se presenta como la octava canción del décimo y último álbum de estudio del fenómeno socio-cultural, y conjunto de rock and roll argentino, Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota; (o bien, Los Redondos); “Momo Sampler”, publicado en el año 2000.

Un proyecto atravesado por nuevos sonidos, experimentando con elementos de un, por entonces, creciente movimiento electrónico, pero influenciado a la vez por la oscuridad propia de la vida. No la biológica, si no la social. Y sobre todo, la vida socio-urbana argentina.

Se logra identificar en este disco una oscuridad distinta a la de “Luzbelito” (proyecto anterior de la banda, publicado en 1995.) Que, desde su nombre en referencia al arcángel Luzbel, nos retrata en varias de sus canciones, situaciones o ficciones bíblicamente influenciadas.

Sin embargo, desde mi perspectiva, y a pesar de sus directas alusiones al cabrío y al demonio, considero aún más oscura a la malicia y desdicha del ser humano corrompido, pisoteado y cuasi-obligado a vivir en un sistema sumamente desinteresado de su bienestar, así sean o no pares. Temas como la clandestinidad; La prostitución; Criminalidad; Drogadicción y pobreza; Y la brutalidad policial, a menudo acompañada de un fuerte, y a la vez tímido apoyo de la sociedad, se hacen notoriamente presentes en este álbum.

Ante todo, y ya habiendo mencionado y denotado mi subjetividad, aclaro que este trabajo no es más que un análisis interpretativo personal e individual, independientemente de algún significado original u oficial. Podría verse, si se quiere, como una crítica social apoyada en la lírica y poesía de Solari, así como también en la melodía compuesta por Patricio Rey.

Dicho esto, doy pie al análisis de una letra que refleja una problemática vigente desde hace décadas, al momento de su lanzamiento, y que hoy, a 25 años de su publicación, nos sigue sonando actual.


LETRA DE SHERIFF:

Sheriff! Sheriff!

Que limpio el Templo está!

Sheriff! Sheriff!

Si Alí Baba se vá

Sheriff! Sheriff!

Todo en su sitio así!

Son tres tiros a un peso

Y la guita es miel…

Sos como un fuego en un cañaveral

(un Kamikase que ameniza la función…)

Tarde en la noche…Plaza Constitución

Hay sangre rancia de Tramontina tajeador.

Sheriff! Sheriff!

Tapales la nariz!

Sheriff! Sheriff!

Con bolitos de tissue

Sheriff! Sheriff!

Ladrá! Ladrá y morde!

No permitas que pise mierda en mi jardín.

No tienen norte, no tienen salvación

Hacé el trabajo y redimilos, por favor

Que se mejoren allá en la eternidad…

(partiles el buñuelo y quitá mi pena así)

Sheriff! Sheriff!

Mi sheriff gigoló!

Sheriff! Sheriff!

Meté bala, por favor!

Sheriff! Sheriff!

Con tu gracia criminal

Empezá ya la puta cosa y sé feroz…

Es un rebaño de rehenes tu porción

Con un infierno en cada esquina y sin control.

Te quiero frio, despiadado y fatal

Pasamontañas con buen hocico rastreador…

Afilando tu guadaña me esperás

Con tu chivo taquero ves y rezongás

Algún día será esta vida hermosa

Y me someto por eso a tu voluntad.

Sheriff! Sheriff!


Análisis:

La canción nos sumerge desde un principio en la lobreguez, con un frío y sonoro silencio, que emana una sensación de compañía. Una sensación de estar siendo observados. Símil al silencio del campo ante la presencia de un peligro, o a la calma que antecede a la tormenta.

Este silencio es rápidamente interrumpido por una risa sombría y un timbre de bicicleta. Un sonido tan inocente como tétrico, que nos despabila y pone en alerta, seguido por una ya icónica melodía, que nos lleva a cierto estado de trance y nos envuelve en un escenario de urbanidad, penumbras e incomodidad.

Se hace presente una voz cantante, que nos repetirá a lo largo de la canción: “¡Sheriff! ¡Sheriff! ¡Sheriff!”

Una voz, como desesperada, que refleja los gritos de auxilio. Una exigencia o súplica de acción e intervención hacia un tal “sheriff”.

Se hace referencia a Alí Babá. Personaje de ficción que protagoniza un cuento en el libro “Las mil y una Noches”. Quien ante su necesidad, roba unas pocas riquezas a otros cuarenta ladrones, quienes habían ocultado el tesoro en una cueva tras hacerse con él.

Esta voz cantante ya mencionada, vocifera y comenta lo limpio; lo librado de culpas que está “el templo” bajo la ausencia de Alí Babá. El bello y puro aire que se respira cuando “todo está en su sitio”. La ilusa y errada separación, y falsa preocupación, sobre el supuesto bien y mal.

Se compara al sheriff con ‘un fuego en un cañaveral’, retratando la peligrosidad y devastación propias de su figura de autoridad. Juez y purgador. Con un papel casi performático, del cual es víctima, pero a la vez disfruta. Un kamikaze que ameniza la función.

La frase ‘tarde en la noche… plaza constitución, hay sangre rancia de tramontina tajeador’ Evoca la brutalidad, violencia y las distintas realidades en un mismo mundo. Un canto a la verdadera noche porteña, lejos de las fiestas y risas aristócratas. La cacería y supervivencia bajo las luces, pero lejos del foco. Un matadero donde todo vale, y al que nadie se anima. Donde sólo se entra cuando tu “objeto a futuro” es el poder comer un día más. Donde abundan sustancias que te desconectan del mundo y escasean recursos y manos que te ayuden a reinsertarte en él.

“¡Sheriff! ¡Sheriff! ¡Sheriff!”

Reincide esta voz. Implorando “taparles la nariz con bollitos de tissue” a esos terceros marginados y prejuzgados, casi siempre, por la propia clase media, con ciertos aires de grandeza y fantaseando una clase alta.

Impedirles respirar, o referenciando al cuidado de los cuerpos en la morgue con papel tissue. Exige al sheriff despejar su molestia, alejarlos de su vista. “No permitas que pise mierda en mi jardín”.

Casi que deseando el exterminio de una clase a la cual pertenecen, pero que les incomoda saberlo. De la cual tratan de alejarse bruscamente con un clasismo disfrazado de moral. Convencidos de que su pinta y mentalidad basta para caer bien a las minorías elitistas a las cuales admiran.

“No tienen norte, no tienen salvación” Afirman convencidos. Justificando así su deseo, su “solución”, el asesinato. El fín de una vida, desprestigiando la misma, para alzar la propia. Para sentirse cómodos, porque es, para ellos, lo único que importa. Su comodidad.

Creen saber el método para quitar su pena: partirles el “buñuelo”. Deshumanizando así a la gente, con tanta liviandad, como si de un juego se tratase.

“Que se mejoren allá en la eternidad”,

Sin molestar. Lejos de su burbuja onírica, y si es posible, fuera de su plano astral.

“…Había dirigido mis ojos a los tuyos, amor mío, para leer en ellos mi pensamiento; me había sumergido en tus ojos tan bellos y tan extrañamente dulces, en tus ojos verdes, habituados por el capricho e inspirados por la luna, cuando me dijiste: “¡No soporto a esa gente con los ojos abiertos como platos! ¿No puedes decirle al encargado del café que los eche de ahí?”

¡Hasta qué extremo es difícil entenderse, ángel mío! ¡Hasta qué extremo es incomunicable el pensamiento, incluso entre aquellos que se aman!”

-Los ojos de Los Pobres. Charles Baudelaire. 1869 (póstumo).

Luego de un riff con sensación de liminalidad. De un viaje inseguro, con inentendibles y escalofriantes voces. Una experiencia tan horrible como adictiva:

“¡Sheriff! ¡Sheriff! ¡Sheriff!”

Vuelve a hacerse presente. Rogando represiones y brutalidad académica al “sheriff”, suplicando por favor utilizar las balas, con su gracia criminal, sin mediar palabras, Siendo feroz. A un “Sheriff gigoló”. Gigoló de la ley, que rige las normas de su propio interés, y no las de la justicia. Que vende su autoridad a cambio de dinero y se fanatiza por la sumisión y obediencia ciega de la cual es capaz de provocar.

Se ilustra el caos de la calle. Un infierno en cada esquina, sin control. Con “Rebaños de rehenes” por doquier. Al que solo se puede enfrentar estando a la altura de nuestra realidad:

Frío, despiadado y fatal.

Sin embargo, la canción se cierra con una aceptación resignada a la crueldad y brutalidad del sheriff, quien se erige como un símbolo casi divino y de poder absoluto.

Quien se siente y nota impune, transformándose en el propio violador de las leyes mientras “obra en su nombre”. Jugando a ser un bruto “sheriff”, en lugar de un oficial de policía. Una seguridad insegura que no protege más allá de su propio culo.

Un obrero de clase media, así como los marginados, y así como quienes imploran su exterminio. Porque en la calle el poder no aparece, aunque algunos crean ser “parte de”. En la calle juegan la clase media y baja , 3 tiros a un peso, y la guita es miel.

Se ve finalmente a la clase media pagando las consecuencias de esa demanda de violencia, sometiéndose finalmente a la voluntad del sheriff, quien, “afilando su guadaña”, los espera ahora a ellos.

El golpe de realidad, que siempre llega antes que el golpe de empatía.

El golpe de realidad que, tal como una alarma, sólo aparece a recordar que ya es tarde.

Ese golpe de realidad que sin razonamiento, no sirve de nada.

Vienen, nuevamente, por la clase media. como siempre lo hicieron. Por la clase a la que siempre pertenecí, a la que siempre pertenecimos.

Por la que fueron siempre. Y seguimos sin entenderlo, aunque lo digan textualmente.

Porque aún así, en este mundo famélico de poder y material, repleto de falsas apariencias, deseos y sentidos de pertenencia, la clase media se somete a voluntad de un gobierno y una academia, que abusa de su poder y fuerza institucional.

A quienes no les sirve que razonemos, si no que obedezcamos.

Donde no admiten bravos muchachitos, si no rebaños de rehenes.

Hoy, ayer, mañana, nos quieren pacientes.

Mientras tanto, la clase media se desentiende; Juega a una falsa felicidad; sueña con las migajas del poder y asiente obediente. Convencidos de que así, deshaciéndose de la pobreza a base de balas y golpes será, por fin, esta vida hermosa.


Primero vinieron por los socialistas, y guardé silencio porque no era socialista.

Luego vinieron por los sindicalistas, y no hablé porque no era sindicalista.

Luego vinieron por los judíos, y no dije nada porque no era judío.

Luego vinieron por mí, y para entonces ya no quedaba nadie que hablara en mi nombre.”

-Martin Niemöller.


-Thiago Acosta. 2025.



1 Kudos

Comments

Displaying 1 of 1 comments ( View all | Add Comment )

Living d3ad girl

Living d3ad girl's profile picture

te admiro muchisimo, es un placer leerte, gracias por aportar sentido siempre


Report Comment



gracias a vos por leerlo. Tengo muy en cuenta tu visión y opinión sobre las cosas, sos genial <3

by tea_parabellum; ; Report