Por supuesto, te lastimare, por supuesto me lastimarás, por supuesto nos lastimaremos el uno al otro. Pero este es precisamente la condición de la existencia. Convertirse en primavera implica aceptar el riesgo del invierno. Convertirse en presencia implica aceptar el riesgo de la ausencia, pero convertirse en primavera, convertirse en presencia implica una serie de cambios y ajustes que nos permiten aprender de nuestras experiencias pasadas y florecer en nuevas oportunidades

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