no existe nada en ese recuerdo

en un sueño sin fin, vivo inmersa en la risa, la voz, el toque y la mirada en los ojos del alma que fue hecha para mí, que conocí en esa banca, con la música orquestal de fondo, los rayos del sol del atardecer atravesando mi pelo y reflejándose en el brillo inocente de esos ojos. la sensación de tus labios robándose la pureza y la inocencia de los míos, la primera de muchas

el retumbar de mi corazón ensordeciendo mis oídos y borrando todo rastro de mi capacidad para formular algún pensamiento, fue el momento en el que supe que quería sentirme así para siempre

y se convirtió en la película que mi mente reproduce cada noche, al acostarme y cada mañana al despertar. esa cinta tiene una silueta que merodea de aquí a allá sin ningún afán, pero es obvio; sus pasos no generan ruido pero los oigo, no dejan marcas pero las veo. tu presencia la sigo sintiendo 

volvería mil veces en el tiempo, aunque sé que ya no existe nada para mí en ese recuerdo,, trato de alcanzarlo pero ya no está, no hay nada, no me esperas, pero yo te sigo viendo

¿por qué será?

este presente libre lo anhelé tras de varios soles, aunque no pensé que sería así de incierto, entiendo que un año entero de sucesos no se borra en un instante, pero me encuentro perdida aún en los recuerdos que me dejaste

todavía espero que mi lejanía pueda atormentarte, sino ¿cómo sabría entonces si alguna vez me amaste?