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Category: Music

El estancamiento del Death Metal y la evolucion del Black Metal(?)

Amo el Death Metal, pero, parece condenado a la nostalgia de su propia grandeza, mientras que para mi el Black Metal se reinventa con una voracidad casi herética, no es una mera cuestión de preferencias, sino de un fenómeno estético y cultural que refleja la naturaleza misma de ambos géneros.

El Death Metal

El Death Metal clásico alcanzó una perfección técnica y compositiva que, en retrospectiva, funcionó como un arma de doble filo, como puede ser el caso de obras como "Symbolic" (Death), "Left Hand Path" (Entombed) o "Effigy of the Forgotten" (Suffocation) no solo definieron algo dentro del genero, su brutalidad matemática, su equilibrio entre caos y precisión, se convirtieron en una losa demasiado pesada para las generaciones posteriores.

Hoy, el Death Metal oscila entre dos polos igualmente estériles.

La fetichización del pasado (bandas como Blood Incantation o Spectral Voice, que recrean el sonido de los 90 con devoción casi arqueológica).

La hibridación forzada (el Deathcore, el Technical Death más acrobático, o las incursiones en el jazz extremo), que, si bien amplían los límites del género (y existen buenas bandas de cada uno) lo alejan de su núcleo primigenio.

No es que el Death Metal haya desaparecido (sigue habiendo decenas de lanzamientos anuales) pero su capacidad de sorprender, de conmover, se ha esfumado, se ha convertido en un lenguaje formalista, donde la técnica suplanta a la inspiración? (creer que Lykathea Aflame, Dead Congregation y Dragged Inro Sunlight dejaron que desear en la escena en esos años)

El Black Metal

El Black Metal, después de tiempo le agarre mucho cariño, en cambio, nunca se sometió a la tiranía de la perfección, desde sus orígenes primitivos (Bathory, Hellhammer) hasta su explosión noruega (Mayhem, Burzum, Darkthrone), siempre fue un género definido por su ethos (costumbre, carácter), no por su ejecución. Esa ambigüedad fundacional le permitió mutar sin perder del todo su identidad.

Hoy, el Black Metal es un espectro que abarca desde el purismo raw (Wiegedood, Mgła) hasta las disoluciones más radicales, como:

El Black Metal Atmosférico ( como Darkspace, Wolves in the Throne Room) como experiencia casi cósmica e inimaginable.

El Black Metal Vanguardista ( como Deathspell Omega, Blut Aus Nord), donde la disonancia se vuelve teología.

Las fusiones imposibles (Imperial Triumphant, Zeal & Ardor (un caso con disgusto)), que llevan el género a territorios inexplorados.

A diferencia del Death Metal, el Black Metal no lucha contra su propia historia, la absorbe, la reinterpreta, la traiciona y su evolución no es lineal, sino fractal, como un árbol cuyas ramas crecen en todas direcciones, incluso hacia adentro.

Conclusión 

El Death Metal no ha muerto, pero se ha convertido en una reliquia, venerada, imitada, pero incapaz de regenerarse.

El Black Metal, en cambio, sigue vivo precisamente porque nunca tuvo miedo de morir.

Pero el precio de su evolución es la pérdida de cohesión, la amenaza constante de convertirse en un cascarón estilístico, pero para mi mientras el Death Metal agoniza en su propio museo, el Black Metal sigue quemando templos.

¿Qué queda, entonces? o ¿Es mejor ser fiel a un legado, o ser libre hasta la herejía?


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