La primera vez que me dedico algo

Estoy orgulloso de mí, muy orgulloso. 

Nadie sabe por lo que pasé, nadie sabe que siempre me gustó escribir, pocos saben que usaba esa tinta roja que llaman sangre. Y los que lo saben no lo toman en serio.

Nadie sabe que quise patear la silla. 

Dejar que se tense la soga.

Renunciar a todo. 

Nadie sabe.

Nadie sabe las veces que sentí mi piel separarse y mis huesos romperse, a pesar de estar ileso. 

Tampoco saben el peso de mi corazón. 

No saben que no podia ni mirarme en un reflejo,

por que veía como se burlaba de mi. 

Nadie sabe que no recuerdo casi nada de hace unos años, 

no saben de cuando mi corazón estaba por reventar, 

a pesar de estar sentado. 

Nadie sabe ese dolor en el pecho,

el corazón acelerandose sin parar, 

y no saber que hacer.

Nadie sabe lo que se siente estar solo de verdad, 

estar avergonzado de uno mismo. 

Nadie sabe que se siente que tus papás se enteren que querés apagar las luces, 

y que en vez de ayudarte, 

se enojen con vos. 

Nadie sabe

Nadie entiende, 

nadie sabe el dolor de estar con tu perra solo un dia,

y al siguiente, volviendo del colegio,

encontrarla muerta. 

Nadie sabe.

Y quiero que sepan. 

Quiero que vean que pude cambiar, 

que yo, solo, pude cambiar. 

Quiero que sepan, que lentamente,

estoy saliendo del pozo. 

Quiero que sepan que me están creciendo alas. 

Que no pienso volver a esa tinta roja.

Quiero que sepan.

Que no pienso patear la silla.

Que estoy desarmando el nudo. 

Que no pienso 

renunciar

Nadie sabe que quiero que sepan