No puedo ser impersonal con esto por más que haya tratado.
Estaba bisoñada, pero el sueño terminó. Sé que dije que sabía lo que estaba haciendo, y es verdad porque antes de hacer nada pienso en absolutamente todas las consecuencias que voy a tener que vivir después, pero ... a veces solo termina dando muy igual, las consecuencias se convierten en un aspecto más de mis actos y decido que una vez lleguen sabré como enfrentarlas, casi siempre tengo razón, casi nunca es buena la manera en que las enfrento.
Diciembre me pone en un estado de poca energía, la poca que había ya la desperdicié una noche de miércoles jugando a tenerlo todo muy claro. No hay más cigarrillos, y todo el mundo espera que no los haya, menos yo, los días son espectáculos cíclicos de desestabilidad. En 2 días se van todos, el 4 tengo entendido, no sé si deba despedirme esta vez, espero que no.
Me gustó el tema de asignarle a alguien un papel de importancia, se acabó rápido, esa parte no fue de mi agrado. Dentro de un jardín hermoso siempre hay muertos, son cosas que alguna vez mi abuela me dijo de otra manera, las interpretaciones no cambian la veracidad de las cosas pero si remueven la credibilidad y eso fue lo que pasó con él, supongo que interpreté destellos de luces eléctricas para convertirlas en estrellas porque el cielo estaba oscuro, hago eso todo el tiempo, pero ya no sé si el cielo está lleno de estrellas o la ciudad está llena de luces... en todo caso, siempre hay una ultima vez, no es esta, ojalá lo fuera, pero bueno. Dijo algo sobre desilusionarse, tiene sentido, me pasó también, que casualidad. Intenté comprar tónicos para sanar heridas pero ya no tenía dinero porque gasté todo mi efectivo en una idealización, el ibuprofeno que había en la mesa tampoco sirvió, me lavé los dientes 8 veces, en la radio pusieron una canción que me recordó su semblante, la pólvora no me dejó dormir, me perdí en mi propio barrio, compré un postre y lo preparé para distraerme, le conté todo a una vieja amiga, quedamos como amigos, probé el postre y aunque sabía bien quise llorar, actué como la madre en lugar de la hija de nuevo, no le escribí, me tomé 2 cervezas, quemé 4 inciensos, me leí un libro, maquillé la cifras, administré correctamente mis verdades, me monté en un bus que iba a chocar. Las heridas? claro, hice tanto que olvidé la razón principal por la que empecé, no , las heridas siguen ahí, pero intenté que las flores marchitas tambien hicieran parte del paisaje y las pinté de colores fríos para hacerlas resaltar porque pueden ser bonitas a su manera. Después recibí otro mensaje desagradable pero reaccioné bien porque no tenía sentido hacerlo de otra manera.
Me compré unos churros en el parque por varias razones:
1. Sabía que lo que había hecho no estaba bien
2. Me sentía perdida
3. Estaba cansada
4. Los churros estaban más cerca que el hogar y se sienten igual.
5. Saben bien, valen poco, sanan mucho.
Había 52 mensajes, los leí, me hicieron feliz, era lo que había. Las noches en plenilunio son más fáciles de sobrevivir que las demás. Le conté a una mariposa cosas interesantes. No me gusta estar tan consciente, pero prefiero mantener todos mis sentidos intactos, lloré con una canción feliz, trato de no estar en casa.
La voz de mi consciencia está drogada.
Me gustaría que esto estuviera dirigido a alguien en especial, que alguien recibiera mis palabras, las analizara, entendiera todo, me contestara, habláramos, pero la carta es un reproche a mi misma por ser tan terca, por sacrificar tanto para disfrutar tan poco y por ser tan moldeable que ya no se pueda saber cual era la verdadera forma.
No encendí las luces de navidad, él tampoco. Puedo seguir jugando a tener el control? el juego ya no me parece tan emocionante.
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