Estúpida, indignante, grosera y maleducada
tu mente ha jugado miles de cartas y ninguna captas.
Rosa el alma y tus pecados
Que son de villanos
y parten tus delicadas y sucias manos.
Es vino tinto cual su color
Cerezo si pudiera tener mejor sabor
Pero duele, y no lo reconoció,
Pues debajo de mangas se durmió.
Una, dos, tres y cuatro:
Las conté las veces que me dolió
Minimo, abrazame en mi regazo
Porque sus promesas él no las cumplió.
Ríete, alégrate, excitate y sé jovial.
mi mente reinicia denuevo y se comporta normal.
Porque mientras ella llora, yo rio,
y se mantiene en poemas su llanto frio,
No hay apuro no hay alivio
Pero si queda algún testigo...
salvame a mi, Dios te lo pido.
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