Buen instante criaturas.
Voy a contarles una historia desoladora.
Una joven se sube a un bus cerca de las 4 y cuarto de la tarde, hace frío, muchísimo frío. Hoy se vistió ... mejor que ayer y esta semana comió poco para no correr el riesgo de lucir... gorda, está conforme con su vestimenta y su maquillaje.
La señora que está sentada a su lado en el bus huele a mermelada de fresa.
El bus llega a su destino final, la estación de tren, compra varios tiquetes para el resto de las vacaciones y toma el primer tren que pasa, se baja en la quinta estación.
Camina a lo largo de dos puentes y una plazoleta para llegar a un centro comercial, la plazoleta huele a cigarrillo y al pie del segundo puente hay un hombre vendiendo manzanas acarameladas, quiere comprar una pero se contiene.
Está temprano, va a tener que esperarlo.
Pasea por todo el centro comercial, observa las vitrinas, las familias haciendo compras, los niños pequeños pidiendo a gritos entrar a la zona recreativa navideña, las luces caen paralelas y blancas.
Decide entrar a una tienda de ropa y ve en un espejo 3 manchas blancas en su saco, lástima.
Las manchas no quitan, sale de la tienda.
Se queda 20 minutos observando la vitrina de una librería, se atreve a entrar y permanece allí 10 minutos más.
Suena su teléfono, la está llamando. Pregunta donde está.
Ella contesta que en la librería, él no sabe donde queda eso. Le pide que lo espere.
Ella sale, mira hacia la entrada, no viene nadie, detiene su atención en una familia que está entre las luces del parque recreativo navideño.
Camina hasta la salida, se siente desubicada, otra llamada.
Le vuelve a preguntar donde está, ella contesta que frente a una tienda de ropa, vale.
Se sienta a esperar, de lejos lo ve.
Se saludan y comienzan a caminar, deciden subir a una tienda de papelería y objetos varios para dejar sus números escritos en algún cuaderno de muestra y esperar que alguien les escriba.
Afuera comienza a lloviznar.
Van juntos por el pasillo de las tiendas de ropa, la conversación fluye, sonríen.
La gente los mira de manera especial, espíritu navideño.
Entran a una tienda de comics, se ríen, hacen bromas que solo ellos entienden, salen.
El mundo se empieza a sentir como si no hubiera nadie más que ellos dos.
Se distraen tanto que terminan saliendo del centro comercial sin darse cuenta.
Ella busca su teléfono, no lo encuentra, regresan a buscarlo por el mismo pasillo.
Es el mismo recorrido pero esta vez van de la mano.
Encuentran el teléfono pero no se sueltan.
Caminan a lo largo del mismo puente que ella ya recorrió.
Han hablado de miles de cosas en menos de una hora.
Terminan en un parque, sentados bajo un muro escampando de la lluvia.
El la escucha, ella habla, ríen, bromas, abrazos.
Un juego.
Ella revisa su teléfono, ya es tarde.
Se levantan, el la cuida de pasar por el pantano y al pasar las calles, igual que hizo mientras caminaban hacia allí.
Hay un aura delgada a su alrededor que los aísla del resto del mundo.
De repente él menciona un nombre.
Un comentario poco acertivo e innecesario, esto ha pasado más de una vez.
El aura se quiebra.
Ella ya no quiere estar ahí.
Cambian de tema
El bus en el que ella se va pasa, se despiden.
Dicen "te quiero" pero no hay manera de que sea sincero.
Ella sube al bus, vacío.
Termina el día sola, en ese bus, llueve, está confundida.
Llora.
Se siente sola en todos los sentidos, sola como siempre, pero esta vez desea que no fuera así.
En el letrero del bus puede leer el nombre de la ciudad en la que está.
Maldice contra esta, creía que había superado el tema de no pertenecer allí.
No se da cuenta que no es culpa de la ciudad.
Tal vez no pertenece junto a él
Llueve sobre la ciudad.
En fin, diciembre inicia dentro de 4 o 5 días (no me esforcé en calcular), estoy esperando que pase mi temporada triste y nostálgica para empezar a hacer contenido más alentador.
Que tarde tan fría, hasta luego <3
Comments
Displaying 0 of 0 comments ( View all | Add Comment )