No es la muerte la que me acompaña.

Me llamo Clara, a temprana edad entendí que los hombres no eran tema de admiración, aún recuerdo la vez que esperé a un sujeto escualido y poco elocuente en el muelle durante toda una tarde, llovió pero yo seguía ahí, anocheció y yo seguía allí, el sujeto en cuestión nunca llegó, en ese momento me pareció una tragedia pero actualmente es la cosa de la que más agradecida estoy. Ese día entendí que yo estaba hecha de una madera más fina, tenía escritos mejores planes y mayores metas que vivir en compañía de un ser tan precario y primitivo como un hombre. Entonces decidí trascender a preocupaciones más importantes que tener las tetas o la sonrisa de agrado masculino, me convertí en hechicera, dominé un arte oscuro a la perfección y alcancé la eterna juventud, después me dediqué a acercarme al conocimiento, me volví la mujer más inteligente de una clase de solo hombres, obtuve aprobación masculina y femenina, estaba conforme pero dentro de mí siempre hubo una llama de odio que buscaba más, que pedía algo contundente, un acto de verdadero impacto, no me interesaba si era positivo o negativo, impacto es impacto y punto. 

Es así como llegué a esto, recuerdo al primero que engañé, porte alto, delgado, cabello rubio brillante, pedante, con complejo de superioridad y melancolía sin sentido, un perfil falso, un embustero. Recuerdo que le arrebaté el aliento con un vestido que era blanco pero después se volvió rojo por la sangre que salió de su cuello al clavarle una aguja conjurada. Se desangró, pero su esposa empezó a dormir en paz. Aquel sujeto que me plantó en el muelle hace tantos años "maduró", se casó y tuvo un hijo con quien también me relacioné pero solo lo herí sentimentalmente porque no quería que mi pasado y mi presente se mezclaran mucho. 

Y así fue, usted ya debe tener la cifra pero aún así se la voy a repetir, en total maté a 2.222 hombres antes de ... antes del presidente, pero comprenda por favor que el homicidio que cometí contra él (que sería el 2.223) no fue intencional, sabe cuando queremos algo que no podemos tener entonces encontramos la manera de que nadie más lo tenga? yo sentía eso hacia el presidente, yo quería amarlo y vivir junto a él hasta el final de mis días pero como ya le dije, encontré la inmortal y eterna juventud, por lo que mis días no tenían final, él iba a envejecer y olvidarme, desarrollé entonces un plan para dejar mi inmortalidad a un lado y posteriormente encuadrar una situación en la que irremediablemente tuviéramos que convivir juntos por el resto de nuestras vidas, probablemente con el pasar del tiempo decidiera que me apreciaba, que me quería, que me amaba. Pero eso no es lo importante, con esto voy a que para recuperar mi mortalidad llevaba 2 años tomando diariamente una copa entera de una sustancia sumamente venenosa, una preparación casera impregnada de magia oscura más que nada, tendría que hacerlo un mes más y podría huir junto a él, sin embargo el jueves en la mañana el presidente se sirvió un poco de vino directamente en la copa de mi veneno, y bastó con una minúscula partícula de eso para acabar con un mortal tan frágil como él. No había cura para esto, no pude hacer nada y le pido perdón al país, a la familia del presidente, a mí misma. De tanto matar hombres fui incapaz de conservar el único que no merecía mi odio. 

Observe usted cómo un error estúpido acabó con mis ilusiones, lamento mucho lo sucedido y escribo esta carta para dar de alguna manera la cara, no quiero pasar el resto de mis días en la cárcel a pesar de que me lo merezco. Pido disculpas de nuevo, necesito procesar mi dolor en soledad por lo que decidí que lo mejor era huir, les sugiero que no me busquen, en este plano no voy a estar más. 

Atentamente, Clara Hátyara. 

Buenas noches jóvenes de almas esqueléticas, comparto con ustedes esto que escribí en un momento de desilusión. Quiero aclarar que aunque los hombres a veces me provocan repulsión, no los odio y las opiniones expuestas en el texto son propias del personaje :p.

Les deseo una noche de insomnio productivo.