¿Creen que el tiempo pasa lento en un pueblo? Bueno, pues esperen a que sea domingo. Todo lo que creían saber sobre el tiempo y sobre los pequeños pueblos y sobre el concepto de "pasar" "suceder" "transcurrir", sobre el significado de la lentitud, es nada, se desmorona, desparece, ¡SE VUELVE TODAVÍA PEOR! Los domingos en este pueblo son absolutamente lo peor. Es una sensación constante de asfixia, quieres gritar para notar si sigues vivo todavía y no te convertiste en musgo junto a todo lo demás. Las cosas dejan de ser sólidas, todo es blando y húmedo como las babosas. Argh!!
Ayer fue domingo y también San Valentín. Fui con mis papás al Costco, cualquier cosa es mejor opción que quedarse atrapada en la lentitud de este pueblo los domingos. Ir al Costco supone un pequeño viaje: hay que ir a La Ciudad, ya saben.
Después de las compras mis papás querían ir al cine y entonces discutimos, que es otra cosa reglamentaria de los domingos: enojarse todos contra todos, por lo que sea. Pero yo tenía planes bastante importantes, pues tenía que chatear con mi novio. ¡Era San Valentín! Se enojaron conmigo, se enojaron entre ellos, me enojé contra todos, pero equis. Volvimos. Pedí (rogué) media hora para usar el internet y milagrosamente el teléfono estuvo libre, ¡lo logré! Chatee con mi novio, fue como vencer al pueblo. Era San Valentín y por un rato olvidé que también era domingo.
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