13/10/2024
Aquel día no solo llevaste tu cuerpo a la tumba, aquel cascarón vacío y helado que poco a poco iba desapareciendo; también te llevaste mi aliento, ese aliento formado por el aire que me brindabas todos los días, como cada beso matutino. Gracias a ti, no solo he perdido tu cuerpo cálido junto al mío en la cama, sino también el aire que me hacía sentir viva.
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