Eraserhead y el horror de la paternidad

Un planeta en un fondo negro con detalles blancos, acompañado por el rostro afligido de Henry Spencer (Interpretado por Jack Nance) quien mira a la nada. Nos acercamos al planeta de forma agonizante y lenta, casi eterna. Encontramos una casa cuyo techo está corroído, ya que un gran hueco en medio es visible, este mismo permite que un poco de luz entre. Dentro yace un hombre enfermo, casi como un leproso dado que presenta numerosas pústulas, quien mira a la nada. Cortamos nuevamente al rostro de nuestro protagonista, quien en trance abre lentamente su boca, dejando salir una figura semejante a un espermatozoide. El hombre de la casa mueve unas palancas, parece ser quien representa el subconsciente de Henry, y seguidamente el “espermatozoide” cae en un charco, luego se hunde y se muestra una salida, un agujero maltratado, horrible. Está claro que ha sucedido, se ha llevado a cabo el acto sexual y la mujer ha quedado embarazada.


Así comienza la ópera prima de David Lynch, Eraserhead o Cabeza Borradora, donde la atmósfera opresiva, incluso claustrofóbica calan dentro de uno, generando incomodidad al espectador, quien se ve vulnerable frente a este mundo caótico, donde el dramatismo del blanco y negro, las paredes desgastadas, y los sonidos industriales son el pan de cada día. 


Nuestro protagonista Henry es un trabajador de una imprenta, quién se muestra nervioso y disociado de su realidad fría e indiferente a él. No sabemos mucho de Spencer, que le apasiona, sus padres o cómo llegó a vivir en un barrio tan desolado, pero se da a entender que tuvo un encuentro casual con una mujer llamada Mary X, con quien luego no se volvió a ver hasta que su vecina la “Mujer Bella” le informa que Mary pasó a buscarlo a su complejo departamental puesto a que desea invitarlo a cenar. Su departamento es pequeño, tan cerrado como una ratonera, cuya única ventana da a una pared de ladrillos que tapa cualquier vista exterior, por algún motivo está lleno de tierra y posee un árbol muerto. Esto nos da una mejor exploración al mundo interior de Henry, se ve aislado de su entorno y los demás, dentro de su cómoda encuentra una foto de Mary, por lo que decide ir en su encuentro, su único consuelo parece ser un radiador. Camino a su destino, los escenarios pesadillescos toman el control, el viaje a la casa de Mary es oscuro, cercano a zonas industriales, cuyos cantos mecánicos inundan nuestros pensamientos, estos solo son interrumpidos por ladridos lejanos y lo que parece ser un altercado. Al llegar a la casa de ella, es recibido con una incomodidad palpable, puede que su última interacción no haya sido la mejor, y por eso decidieron no verse más. El exterior de su casa no muestra calidez alguna, las plantas del huerto están secas y maltratadas, la bulla maquinal persiste acompañado de humos que contaminan el ya tenso ambiente. El interior minimalista del hogar no es diferente, mientras que las máquinas se oyen más distantes, una perra amamantando a sus crías nos adelanta al destino de la joven pareja, aunque Henry es ajeno a esto. La conversación es incómoda, la madre de Mary hace preguntas puntuales, aunque nuestro protagonista trata de mantener la conversación es interrumpido por una repentina convulsión de Mary que la madre intenta tratar. Ya estabilizada, el padre de ella entra en escena, informando que la cena ya estará lista. El comedor empapelado es pequeño, y el Sr. X le dice a Henry que corte los pollos, puesto a que ahora él será el cabecilla de la familia. Este, algo incómodo acepta, en el instante en el que esté posa el cuchillo en el pollo, comienza a mover sus patas arriba y abajo, mientras sangra en cantidad, la Sra. X es ahora quien empieza a convulsionar y a gimotear, saliendo de su trance escapa de la escena, seguida de su hija en un estado muy emocional. Henry se queda a solas con el Sr. X, pero un apagón sucede y nuestro protagonista es acorralado por la madre, quien hostiga a Spencer a confesar si tuvo sexo pre marital con su hija, este, claramente perturbado se niega a contestar, la madre procede a intentar besarlo pero Mary entra y llora, la Sra. X le confiesa a Henry que Mary ha dado a luz a un bebé prematuro que se encuentra en el hospital, del cual es el padre. Acto seguido conocemos a este ser deforme, que gimotea como si fuera un bebé, de apariencia similar a un feto o un tipo de gusano, no tiene extremidades visibles puesto a que está vendado, quien junto al entorno tomarán un papel crucial en deterioro mental de protagonista.


Dentro de nuestra sociedad se dice que un hombre se vuelve padre al momento del nacimiento. La paternidad es una cuestión complicada, nadie nace sabiendo cómo cuidar a otro ser el cual es tan frágil y dependiente. Pero solo nos dedicamos a hablar de las virtudes de esta experiencia, como en la mujer el momento del parto puede generar heridas emocionales como el estrés post parto, la ansiedad, la psicosis o incluso la muerte. Secuelas psicológicas se pueden ver también en la paternidad, las cuales inhiben el desarrollo de un vínculo sano entre padre e hijo, el abandono, la espontaneidad o la discapacidad del bebé pueden ser algunas de las causas.


La paternidad en Eraserhead es vista como una experiencia aterradora. El protagonista, Henry Spencer, se enfrenta de manera abrupta y no deseada a la responsabilidad de cuidar a un bebé deforme, que es más una criatura alienígena que un niño humano. La reacción de Henry ante su paternidad parece ser la de un hombre completamente abrumado por una carga para la cual no está preparado. Cosa que se refleja en la experiencia personal del director David Lynch, durante matrimonio con Peggy Lynch experimentaron un embarazo no deseado, la joven pareja decidió mudarse a Fairmount en Filadelfia, lugar que se yuxtapone a los suburbios donde Lynch creció. Este ambiente hostil, donde narra experiencias que lo perturbaron enormemente (esto reflejado en sus sueños) que aumentaron su temor a ser padre, a no ser lo suficientemente bueno, y la afección congénita de su bebé acrecentó aún más estas ansiedades. A través del personaje, Lynch explora el miedo a lo desconocido y la ansiedad que conlleva la transformación de la vida personal ante la llegada de un hijo. El bebé, lejos de ser una fuente de alegría o esperanza, se convierte en una figura que representa el terror de lo impredecible y la carga de la responsabilidad. La criatura es dependiente y frágil, pero al mismo tiempo, su presencia es una amenaza constante para la estabilidad mental de Henry, con su risa perturbadora o presencia en las pesadillas de este. La madre del bebé, Mary X, abandona rápidamente la situación, dejando a Henry a merced de una responsabilidad que no comprende, esta soledad refuerza la sensación de estar atrapado en una situación que no puede manejar. 


Mientras se desarrollan los hechos de la película, nos acompañan fragmentos donde explotamos el mundo interior de Henry mediante sus sueños. Los sueños sirven para reflejar el estado mental de este. En lugar de ser simplemente escenas surrealistas, los sueños de Henry nos muestran su ansiedad, sus miedos y su lucha interna. El sueño en el que el pierde la cabeza es una de las secuencias más surrealistas y simbólicas de Eraserhead. En este sueño, la cabeza de Henry se desprende de su cuerpo y cae al suelo, donde un niño la recoge y la lleva a una fábrica. En la fábrica, la cabeza de Henry es utilizada como materia prima para fabricar gomas de borrar, lo que da origen al título de la película. Esta escena puede interpretarse como una representación del miedo de Henry a perder su identidad y su autonomía frente a la opresiva realidad que vive, especialmente la responsabilidad de cuidar al bebé deforme. La transformación de su cabeza en gomas de borrar simboliza la sensación de que su sentido del ser está siendo "borrado" o destruido, y que su vida se ha vuelto una mera repetición mecánica, como la maquinaria que utiliza su cabeza para crear un producto. El sueño expresa la angustia de Henry ante la idea de que su existencia ha perdido significado y que su individualidad está siendo eliminada. Esta secuencia, cargada de simbolismo, es una muestra del estilo de Lynch, donde el surrealismo y las imágenes oníricas son la clave para explorar los miedos internos del protagonista.


Me gustaría terminar esta reseña aclarando que no es una película para todos. Si disfrutas del cine que desafía las normas y te sumerge en un universo lleno de simbolismo y misterio, esta película podría ser una experiencia fascinante y memorable. Sin embargo, si prefieres historias claras, personajes accesibles y una narrativa directa, es posible que Eraserhead no sea la mejor opción para ti. 


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