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Category: Books and Stories

El cuervo rojo [Prueba cap1]

Hola y bienvenidos a lo que sea que es esto. Quise poner el primer capítulo por acá para ver que podrían opinar, espero les guste :p




Honestamente no sé por dónde empezar con exactitud, esto es algo nuevo para mí. Si no hubiese sido por la constante insistencia por parte de mi círculo más cercano, no se me hubiera siquiera ocurrido la idea de relatar uno de mis casos. Siempre pensé que sería algo ridículamente monótono.  


Capítulo primero: Las seis de la tarde.


Era una tarde de otoño tranquila, yo volvía al trabajo tras salir a una cafetería a merendar un café con medialunas. Todo parecía sereno en el trabajo hasta que veo a mi compañero, Franco. Su cara transportaba una sensación de preocupación, cosa que me sorprendió ya que si bien, él era una persona algo emocional; siempre se mostraba rígidamente serio, incluso frío ante los casos que se presentaban. Él sostenía fuertemente con sus manos un sobre el cual contenía diversas imágenes, un registro del caso.

-¿Qué trajeron hoy?- dije con intriga, si bien solía tener diversos casos durante la semana, no era tan habitual el hecho de ver a mi compañero así.

-Era familiar mío.- dijo para después pasarme el sobre. En las imágenes adjuntas describen un completo desastre. Uno tal que sólo podría cometer una persona perversamente enferma. En la imágen se podía ver a una chica de unos aproximados veinte años, tirada sobre la cama de un hotel y bañada en un intenso rojo, de su cuello parecía emerger una segunda boca, un tajo grande y profundo, y en su torso se veía una serie de cortes que aparentaban ser el dibujo de un cuervo.

-¡Dios! Siento mucho que pases por esto.- Me acerco a él y apoyo mi mano sobre su hombro en lo que se suele considerar una muestra de apoyo o preocupación.

-Si querés podés dejarme el caso a mí, sabes que no tengo problema..- Me veo abruptamente interrumpido por mi compañero.

-Dejate de joder, no quiero que mi sentimentalismo boludo interfiera en mi trabajo, lo que quiero es justicia.-

Ok, supongo que ambos iremos a la escena.


Llegamos al hotel Carlos, un hotel cercano al centro el cual parecía siempre estar vacío gracias a la poca cantidad de turísmo que había en el momento. No fue hasta subir por las escaleras hacia el tercer piso siendo guiados por otros oficiales, los cuales se podría decir que pertenecían más al área de lo que yo lo hacía; hasta ver la cinta amarilla tan característica de la policía, además de sentir un fuerte olor a hierro.

 -Espero que no hayan movido nada de lugar- le comenté a mi compañero entre dientes.

 -No son tan boludos como puedas creer, ya saben que si lo hacen tendrían problemas. Ellos saben cómo trabajas, afortunadamente pasó menos de una hora desde que se encontró el cadáver- 

Había sido poco después de que yo había salido del café, el cual estaba casualmente a sólo unas cuadras del hotel.

Entramos a la habitación número cuarenta y cinco, era la última del pasillo. Al abrir la puerta pude sentir casi instantáneamente cómo ese fuerte olor a hierro se potenciaba y abrazaba nuestros cuerpos mientras nos adentrábamos a la habitación, personalmente tengo un olfato altamente sensible, esto aunque pueda sonar interesante, para aquel momento era algo bastante molesto. Cubrí mi cara con el cuello largo de mi polera y recorrí el lugar hasta llegar a la cama de la habitación. Ahí se podía ver a Sofía, la víctima y prima de Franco. 

-Es una escena algo fuerte, no creo que realmente quieras estar acá.- comenté dirigiéndome hacia mi compañero el cual se encontraba unos pasos afuera de la habitación. 

-Ya vi las imágenes, ya sé lo que me voy a encontrar- dijo, para después adentrarse a ver la escena. 


Todo estaba tal cual las imágenes mostradas en el sobre: una chica semi desnuda, tirada en la cama boca arriba con sus brazos en cada lado y con aquel macabro dibujo en su torso. En lo que respecta a la habitación se veía exageradamente limpia y ordenada, en el mismo hotel ni siquiera la ordenanza era tan prolija. Solo el colchón estaba pintado de esa sangre que por el momento pasaba de verse bordó, a oxidarse y tomar una tonalidad amarronada. Pero para mi caprichoso gusto, siempre fué más práctico entrar en la escena en vez de perder el tiempo haciendo un rompecabezas de solo lo que las imágenes muestran, más teniendo en cuenta que los agentes no habituaban a ver lo que yo veo.

 Esto me hizo verificar por ejemplo que, como se imaginarán, no hubieron rastros de violencia mientras la víctima aun seguía con vida, incluso con todos los estudios, no se mostró ningún signo de lucha, marca, rayón o la más mínima defensa en el  medio, sin embargo la sangre había fluído con facilidad y rapidez a través de aquellos tajos.

 -Los oficiales me dijeron que debe de llevar menos de una hora muerta.- Comentó Franco.

 -Degollada- corregí -Debe llevar menos de una hora degollada, sin embargo lleva más tiempo muerta- Franco si bien entendía en  parte lo que yo decía, parecía querer más detalles.

-¡Mirá los rastros de sangre! Basándonos en el sangrado de las arterias, era obvio que estaba muerta.- 

Honestamente no tengo paciencia, además me molesta el pensar que otros intenten tomar mi lugar metiéndose en el caso y desmeritando mi trabajo. Sea como sea, era más que obvio (al menos para mí) que mínimamente no estaba consciente. Tomé con unos guantes el antebrazo de la joven e intenté moverlo, ya con cierta dificultad. -La etapa de rigor mortis no empieza hasta después de casi una hora como mínimo, además...- quise seguir demostrando mi punto hasta que me volteo y noto a Franco mirándome. Con solo una mirada podía decirme todo.


 Avergonzado, me di cuenta de lo evidente.

-Perdón, estoy hablando demasiado.- dije cabizbajo y algo nervioso.

Veo a Franco con una pequeña sonrisa mientras me respondía -En realidad quería ver si estabas despierto.- dijo en un tono burlesco.

Salimos de la escena después de tomar ciertas notas: cómo estaba la habitación, el olor a desodorante de piso de la misma incluída su limpieza, entre otros detalles. Después de abrumarme por el olor viciado de aquel hotel, el salir un rato a la plaza que se encontraba a unas cuadras era la mejor opción.

 Dimos un par de vueltas por el centro para despabilarnos por un momento. Terminamos llegando a un bar restó, Franco pidió una hamburguesa con papas mientras yo me conformé con pedir un café espresso negro.

-Murió tras ser envenenada- le comenté.

-Pero no tiene sentido que la haya degollado después.- 

-Era para asegurarse, menos sentido tiene el hecho de que hayan dibujado un cuervo con una serie de cortes.-

 Por un segundo me perdí en mis pensamientos mientras miraba por la ventana, hasta que escucho a Franco nuevamente.

-¿Asegurarse decís?-

-Ah sí, asegurarse de su muerte, la envenenó con cianuro. El cianuro siendo ingerido en su forma líquida puede tardar de entre quince hasta cuarenta y cinco minutos en producir la muerte. La que la mató evidentemente no tenía el tiempo suficiente como para esperar tanto tiempo, la forma más rápida era degollarla y a su vez, dar una muestra del poder que tenía.

-¿Cómo aseguras que era cianuro?, ¿y como sabes que fue una “ella”?-

-No creo que haya sido exactamente una mujer quién la mató pero lo que sé es que lo ideó una. ¿Alguna vez notaste que los hombres suelen ser más pasionales a la hora de matar? Siendo las muertes más comunes gracias a una serie de golpes, un apuñalamiento o a lo mucho armas como pistolas, las mujeres por alguna razón suelen hacer algo más preparado y organizado. Y por la parte del cianuro ¿Te acordás del olor de la habitación? Era excesivamente impecable, incluso puso desodorante de piso, el mismo estaba escondido al fondo de la bacha, era de notas amaderadas con aroma a almendras ¿Sabías que el cianuro huele a almendras? No creo que sea una simple coincidencia el que haya limpiado la zona y haya abierto las ventanas.


   Franco se veía algo cansado y estresado, decidí callarme por un momento.

-De todos modos no importa mucho ahora, lo más probable es que mañana los forenses van a confirmar todo lo que dijiste.- dijo mientras se masajeaba el cuello algo adolorido.

No pude evitar que se me escape una pequeña sonrisa, el hecho de que Franco diga ese tipo de cosas sobre mí resultaba altamente halagador, incluso aunque esa no fuera la intención.

-Igualmente, no conocés a nadie de su círculo? quizás no hayas podido ser muy cercano a ella pero nos serviría un montón.- 

-Si bien solíamos hablar de a ratos, era un poco misteriosa y tímida con eso, lo último que supe de ella era un novio que tuvo, pero creo que estaban por terminar la relación, no creo que sea algo por parte de su novio, pero podría responderte varias dudas.- Después de una breve pausa para pensar continuó.

-Podríamos ver sus redes, tenía una cuenta de Fotolog y hacía no mucho se había creado una de Facebook, solía publicar cosas bastante seguido.-  Procedió a sacar una pequeña hoja de su billetera para poder anotar el nombre de cada cuenta y dármelo. Tomo el papel y lo guardo en el bolsillo delantero de mi pantalón. 

-Esto servirá mucho, gracias-


Fin del capítulo 1


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