Algunas veces me siento como un postre, de los dulces, los que la gente pide como un antojo después de una comida fuerte. Toman una mordida, dos, tres, y la cuarta lo dejan.
Se empalagaron, muy dulce. Entonces lo tiran, usado, mordido.
Fue estúpido el pensar que me amaba cuando muy probablemente lo único que le importo fue que era virgen, ingenua de alguna forma.
Siempre pensé en el concepto de la virginidad como algo estúpido pero ahora... Quiero mi virginidad de regreso, quiero sentirme pura. Lo odio, lo odio, pero me odio mas a mi misma por no poder dejarlo, aun lo espero, aun lo amo, aun lo necesito.
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