El Adiós Silencioso
Te abracé sabiendo que, para ti, aquel gesto no era más que viento pasajero.
Te abracé por amor a mi propia esperanza,
pensando que quizás, algún día, de tus labios brotaría un "te amo".
Pero sé que nunca me amarás,
que tus palabras no guardan el calor que mi alma anhela.
Mi corazón se retuerce en el silencio,
duele en lo más profundo, en las raíces de mi ser.
No aprendo, me callo, espero,
No aprendo, me callo, espero,
¡No aprendo! ¡Me callo! ¡Espero!
¿Cuánto más esperaré? ¿Cuánto más?
Mi amor no es suficiente, nunca lo ha sido.
Te observo desde la distancia,
te dejo ir con el viento que se lleva lo que no puedo alcanzar.
Y duele, duele hasta el hueso.
Aprendí, no callo, no espero.
Me voy, me retiro a lo lejano,
donde el olvido pueda rozar mi piel
y curar las cicatrices de mi corazón.
Comprendo, siempre comprendo,
que el amor no se puede forzar.
Y así, me marcho en silencio,
con la esperanza de que, en la lejanía,
encuentre paz.
Comments
Displaying 0 of 0 comments ( View all | Add Comment )