Culpa en el Viento
La culpa es mía por creer que tengo derecho a ser tocada por la luz,
por pensar que, en esta vasta soledad, alguna estrella vendría a brillar junto a mí.
La culpa es mía por buscar en el horizonte tus manos,
tus abrazos como refugios de invierno,
tus besos como promesas en la tormenta.
La culpa es mía por seguir las corrientes,
dejarme llevar por el viento en vez de desafiarlo,
perderme en la marea de tus pasos,
dejando que mi voluntad se disuelva en tu rastro.
La culpa es mía por mirar hacia ti como si fueras un faro,
por contemplarte como un paisaje imposible,
por permitirme encontrar dulzura en tu voz,
una melodía que ahora solo me arrastra a lo profundo.
La culpa es mía, por cada susurro que convertí en esperanza,
por cada intento de alcanzar lo inalcanzable.
La culpa es mía, siempre es mía,
como si el peso del mundo colgara de mis decisiones
y yo fuera la única que no puede soltar.
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