Pensamientos de 4AM

 Me gusta pensar en la disantería del corazón como una especie de forma, cónica irremplazable. Incluso en ciertos cadáveres, una forma de escuchar un eco del corazón, un eco del sentimiento humano que haya sentido por mi otro corazón ajeno en esa disentería, en esta forma tan deshonesta de amar y de sentir uno puede pensar de que en la oscuridad, en esta gota de oscuridad que se llama la mente humana, en donde uno pueda anhelar un cuerpo y una especie de paz mental donde una caricia es más que suficiente para anular cualquier temor, pena o decadente hundimiento y aún así en esa misma gota de oscuridad uno tiene que pensar y acariciar todas esas chances y inconformidades que pueden acarrear el pensamiento; No solamente el cuerpo es algo bello sino también en la manera de pensar y en ese pensamiento se torna más profundo, lo más profundo de un alma, en lo más profundo de un corazón se esconde la persona no tanto como un cuerpo —comúnmente como una personalidad — sino más bien como algo más ajeno a todo el mundo. 

Conectado por líneas, por cables a tierra y al cielo y a las nubes y a todo lo que nos rodea, conectado por cables invisibles como cuerdas tensas, sueltas e incluso cortadas, esas cuerdas que suenan tan intensas, que suenan tan erguidas, que tienen tantas notas diferentes y tanto valores en los rangos tanto vocal y tonal que se vuelven completamente diferente a cualquier otro rango. Esas son las cuerdas que cuando tiene que pisar una cuerda, uno tiene también que tocar las cuerdas que uno tiene que entender, ver y desencriptar y de ahí decidir en su propio corazón y en su propia alma y su propia mente que es o que no es un amor sino un conjunto de cuerdas enredándose entre sí, y ahora pienso yo en esas cuerdas y en esos valores, en esas cualidades más allá del alma y la mente o el cuerpo que conforma uno.

Si será acaso la verdad de toda esta índoleatría de toda esta malversación de palabras, de versos, de ideas, de conceptos, de gramatizaciones, incluso de un poco de dramaturgia? es que acaso en cualquier caso incomprensible o en cualquier momento inaudible por nuestros propios oídos hemos escuchado un disparo, hemos escuchado un "Bang!" que nos dice "tenemos que empezar a correr" o es que acaso en cualquier otro momento igualmente inolvidable escuchamos un grito y nos empezamos a acercar de manera o triunfal o de manera tenebrosa hacia ese grito intentando descubrir quien, que, por que. 

Su encuentro en mi corazón es una especie de sátira, incluso diría una sátira que se convierte otra vez en una melancolía, una melancolía sanguínea, una melancolía llena de maltrechos y de malversaciones, una melancolía que solamente se pueden comparar con endosar en una forma discreta y sutil de la palabra engaño; O peor aún o mejor para describirlo en la escueta y clara referencia, la palabra misticismo, esoterismo, Wicca inclusosamente se podría considerar una palabra apta. Es que cualquiera acto de presencia en mi mente en la cualidad de conversación se puede volver inmediatamente seguidilla de introducciones mentales tanto personales como interpersonales como extrapersonales como cualquier persona, como cualquier persona con cualquier porcentaje de cualidades que uno pueda tener; un 40% humano más un 60% máquina, una máquina que funciona solamente a base de carbón; carbón de memorias carbonizadas, quemadas, destruidas, opacadas y tiznadas en negro con un arnés sin tuso, más oscuro que la noche y es que en esa memoria melancólica de envidia es donde se encuentra mi corazón, en esa memoria melancólica y sanguínea ya se encuentra la idea de lo que alguna vez para mí fue de mi corazón y mi alma en mi mente y en todo mi ser habrá sido si es que alguna vez fue. Un amor.

todo amor producido por mi corazón se convierte en una maldición y afecta la forma en la que quiero verlo, pues la forma en donde se me hace regular ante los ojos. Todo corazón tiene un derecho a amar más el mío solo un poco poquísimo derecho de odiar y su punzo, repentino, súbito, incluso cuidadoso yo soy alguien quiere y ama de corazón, más aún así detesta y desprecia de la misma manera fuertemente en el alma, desagrado total, desagrado más allá de los confines de un cuerpo. Es algo que inunda mis hilos, todas las conexiones que hago entre mí y mi alma y mi alma con las nubes que cambian de color dependiendo de que nubes toquen y que no me toquen a mi, o mí, mi alma y aquellas paredes invisibles incas e inclinadas, decentes, que se elevan hasta los cielos o yo hoy y mi mente y todos esos edificios de luces separadas, apagadas y prendidas que se queman y se inundan a la misma vez y a la misma velocidad que cualquier otra persona en una sinopsis o en este caso yo y el cuerpo. 

 Entonces esos bosques y todas esas ideas mentales y los faroles de aquel coche, rojos entre neblina y la lluvia de aquella tormentosa carrera contra el tiempo,  contra los dioses aztecas, pues acaso yo también contra el cuerpo y mi propia sangre que derrama y sangra por sí misma de forma libre y sin cautela.  Es acaso todo esto lo que yo digo una forma de generosidad de contra mi corazón o de mi contra mi cuerpo, o de mi contra mi alma de mi contra mí. A los ojos yo estoy intentando destruir gustoso, intentando amarme esa es una cuestión de la que no puedo conocer nada, no podría conocer nada, cualquier decisión sería brutal y deshonesta, cualquier toma, cualquier punto, cualquier engaño que pueda considerar como una verdad sería nada más, ni nada menos que una muerte.