EN CONFLICTO CON EL SISTEMA EDUCATIVO

Creo que no debo explicar el contexto de este segundo ensayo si es que se entiende en mis otros blogs, al menos el sonido del teclado mientras escribo lo hace más relajante y se me quita el enojo por escribir algo que probablemente no vayan a leer.

Muchos dicen que la escuela es la mejor etapa de la vida, pero desearía nunca haberla vivido, lástima que no existe la máquina del tiempo para retroceder y cambiarlo todo.

Todo se remonta a cuando me sentía una inútil sin futuro, solo porque una nota me lo demostraba. Los maestros lo hacían ver de esa manera, elogiando a sus mejores estudiantes y mostrándoles un futuro con muchísimas posibilidades de tener éxito en la vida. Pero todos esos elogios y premios solo eran una máscara para tapar la gran división de estudiantes que triunfarían en la vida, y los que no haciéndonos creer que las mejores calificaciones lo son todo llenando a la escuela de estudiantes estresados por alcanzar una nota, lo cual me incluye a mí. Por eso decidí cambiar de escuela, porque la demasiada exigencia que tenían en buenas notas y otras razones sin mencionar por ahora que hicieron tomar esa decisión.

Me di cuenta de eso porque en este caso me querían para beneficiar a la escuela. Todos los años participaba en el spelling bee por tener buenas calificaciones en inglés y, por suerte, no me iba tan mal, a excepción de las otras materias. Sin embargo, esto tenía otro propósito: yo participaba pensado que mi esfuerzo por ser la mejor la de clase merecía de apoyar a la escuela en eventos el cual demostraban que podíamos ser buenos en algo, sino que solo era una manera de no manchar su reputación de buenos estudiantes en frente de otros colegios.

El año siguiente a ese no participé y se volvió clara la preferencia de algunos maestros, en este caso hablando de mi maestra por los que iban a llegar a lejos aprendiendo algún idioma, así que tuve que soportarla por un tiempo mientras hacía del inglés una tortura para mí. Eso de todas formas no apago mi gusto por ello, a pesar de que ya no lo hago como quisiera a falta de lugares que enseñen fuera de una escuela bilingüe, así que de vez en cuando lo hago por mi cuenta.

En conclusión las escuelas o colegios no sé cómo le llamen deberían alentar aprender a sus estudiantes valorando su esfuerzo y dedicación por ello en vez de estar deprimidos ansiosos o estresados como yo en ese entonces llenándome día y noche de información para cumplir con las exceptivas que imponían en mi escuela al punto de descuidar mi salud solo por estudiar pensando que mi futuro dependía de una excelente calificación.