Las perlas de la ostra

TODO SE QUEDA 

La brisa del bosque acariciaba las hojas de los pinos y abedules, pasando atreves de los huecos de los árboles aullando como lobos a la luna, el ocaso besando la orilla de la colina, beso que marca el adiós del cielo azul, y dando la bienvenida a las estrellas que brillan coquetas en el cielo guiñándole el ojo a los astrónomos curioso y niños que esperando a su estrella fugaz. 

En lo profundo de aquel bosque lleno de bruma y caminos llenos de hojas caídas del otoño pasado, en las afueras donde se habitaba un pequeño y pintoresco pueblo, se decía que si subías a la sima del sauce más viejo del bosque aquel tan grueso que no pudieron talar y que si hablara contaría las mil maravillas y horrores que hoyo y presencio 

Tus ojos podrían admirar un lago tan claro como el cristal, azul como el lápiz lazuli, en medio del lago había una iglesia gigante, que de alguna manera estaba hundida hasta el tope solo dejando verse un apiste de lo que alguna vez fue, pero incluso con eso de lejos y desgastada seguía siendo preciosas, pero los viejos y ancianos del pueblo, cuentan con triste nostalgia e dulce felicidad como los vitrales eran tan brillantes como si en cualquier momento fueran a salir por las puertas, las estatuas de mármol siempre pulidas con cera e miel con caras llenas de vida para ser solo un pedazo de roca, las pinturas en los techos, capturando cada detalle de sus musas pues estaba hecho a la perfección cada pincelada incluso el más pequeño se suma a su grandeza, y la arquitectura era impotente y majestuosa como el castillo de un rey. 

Todo eso quedo en el fondo del lago donde ahora habitan los peces, una belleza enclaustrada celosamente por la naturaleza, las enredaderas y el musgo se habían apropiado del lugar trepando por las partes más altas, y los insectos anidándose en las partes más pequeñas y escondidas, la campana en lo más alto de la iglesia ahora solo sonaba en las tormentas más feroces e vientos más duros, como un recuerdo de que sigue ahí ya  

Como el juguete olvidado que cae accidentalmente de la mochila de un niño en el parque, sigue ahí, pero al revés ya descolorido de un lado más oscuro que otro, y solo lo notas cuando lo tomas en tus manos bajo la mirada del sol, siguió cambiando constantemente muy lento, en cada momento incluso sin la mirada del niño, todo en él era diferente, pero seguía siendo el mismo de alguna manera de sutiles maneras, todo se queda 

¿Acaso éramos nosotros diferentes del aquel juguete o la iglesia? 

 `` DIOS... ¿POR QUE NO NACI GATO? ``  

En los oscuros callejones de los puertos pesqueros, como música las olas servían de consuelo para los miserables e compañía para los marineros, pero cuando el mar paraba su canto de sirena se podían escuchar los maullidos de los amantes felinos en los techos, su ronroneo aviva los sueños de los niños, pero también las pesadillas de los adultos, el tormento de la soledad era ajenos para los amantes felino, aquellos que no lloraban con su último adiós, pero que no escatimaban en lágrimas pues no había libros o estereotipos que les dijeran cual es la manera correcta de ser ‘’yo’’, que vivían con la mentalidad de ser poseedores de 7 vidas sin miedo al presente o el pasado, amaban y dejaban ir así como las olas se separa de la orilla del mar...  

‘’Qué vida más dichosa que la del gato’’  

Fue lo que grito un vagabundo que vivía en las calles, sobreviviendo de los pescados crudos y viviendo en una caja de cartón, al pensar que seguramente en una casa un gato estaba durmiendo plácidamente en el sillón de su amo, con el apetito satisfecho dejando solo sobras en su plato...                                                                                                                                                     Fue lo que dijo una prostituta fumando en su breve descanso, esperando la llegada de su nuevo cliente, al oír los maullidos de los gatos por las calles e techos completamente libres y ajenos del mundo...                                                                                                                                   Fue lo que susurro una niña perdida en la plaza en la víspera de noche buena, al ver una madre gata buscar a sus gatitos hasta encontrarlos e acunarlos en su regazo por el ventanal de la tienda de mascotas 

 

LA SERENATA DE LA LUNA 

Hace mucho la noche era solo para descansar no había sueños o estrellas solo oscuridad, silencio y la luna como acompañante, ella creía que su rostro era desagradable por todos sus cráteres e golpes así que lo mantuvo oculto solo dejando ver una pequeña parte de su rostro, el mundo no necesitaba luz para dormir, pero un día escucho el llanto de una voz que susurraba su nombre, e rogaba su luz, miro de reojo el mundo para ver a la mujer más hermosa que había visto la luna, ella perdidamente enamorada de aquella mujer que llora e tiembla, aterrada de la oscuridad y el silencio, todo lo que simboliza la noche, llena de vergüenza e dolor por ser la razón de su sufrimiento quería ser más brillante para darle todo lo que necesita a su querida dama. 

Hizo un trato con el sol pidiéndole un poco de su luz para alumbrar más el cielo, el sol tan sabio como la luna le dijo que la única manera de lograr esto es con un eclipse algo nunca antes visto y ella podría salir herida pues su fuego era demasiado peligroso, pero la luna sin prestar atención desesperada por complacer a su enamorada le obligo a hacerlo, así que cuando cayó la noche los habitantes del mundo presenciaron por primera vez en la historia este fenómeno sobre natural, la gente estaba maravillado pero su pequeña dama estaba aterrada por la ausencia del sol y la luz de la luna así que corrió a su casa e se escondió en su alcoba sin salir al balcón por 3 días y tres noches. 

La luna devastada lloro todo el tiempo de su ausencia, de sus ojos salían piedras que se mezclaban con las llamas del sol como consecuencia del eclipse, que se convirtieron en estrellas fugases recorriendo el cielo y su llanto solo pudo ser escuchado por aquellos con gran oído, los lobos aullaban a la luna como consuelo, los grillos cantaban acompañaos de las ranas mientras las luciérnagas bailaban para alegrarla, la noche antes oscura e silenciosa ahora estaba llena de luces y sonidos, la luna sorprendido volteo su cara para ver esto, por primera vez en todo su longeva existencia volteo a ver a la tierra, la luna estaba llena dejando al descubierto su rostro con cicatrices e imperfecciones, cubriendo a la noche con su luz como una lampara a una cueva oscura, y fue en ese momento que su encantadora señorita salió, la noche ya no la aterraba pues ya no había oscuridad o silencio. 

Así fue como la noche se convirtió en la serenata de la luna, el sonido de los animales de la noche, las estrellas como luces de las velas, era todo lo que la luna podría darle a su dama junto con su eterno amor. 


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