José

Había otra vez un día solemne , más bien una noche estrellada dentro de un día solemne, en fin , ocupen los términos como quieran, el caso es que esta noche José iba caminando de vuelta de la universidad y subía una montaña y se preguntaba cuando llegaría a la cima ,José a sus 19 años seguía siendo un muchacho impaciente , desde que lavaba los platos hasta ahora mientras subía la colina para llegar a su casa , impresionantemente a pesar de ser impaciente él igual hacia las cosas y si se proponía algo , desde construir un avión hasta organizar una marcha universitaria ,lo lograba ,al llegar a su casa toco la puerta como usualmente lo hacía tres veces para indicarle a su mama que era él y no un cobrador de deudas, y su mama le abría la puerta cariñosamente e iniciaba una conversación interminable de las cosas que José aprendió en la universidad y los chismes del vecindario, mientras José iba a dejar su mochila a su pieza, recorría los pasillos con cierto aire de nostalgia, el olor a pintura sin secar de las paredes le recordaba la primera vez que llego a esa casa , cuando era solo un niño y las habitaciones vacías eran lugar de juegos e interminables aventuras ,-quizás ya no tengo esa chispa de imaginación como antes-pensó mientras sus dedos se hundían en el papel mural esquivando las partes de la pintura fresca

Y así fue como llego a su pieza, se hundió en su cama, se puso a mirar el techo y se empezó a preguntar el porqué de las cosas, el porqué de su vida, y como todo aquel que se pregunta el porqué de todo por mucho tiempo y sin llegar a una conclusión que lo conforme, se levantó y se fue a hacer un te inmerso en un universo de palabras que no habían sido dichas nunca...