Mientras los sueños se desangran

Mientras los sueños se desangran

La sangre escurriéndose por mis brazos y cayendo por la punta de mis dedos... mancha las sábanas blancas que cubren todo mi cuerpo en total desuso, aunque siga viva todavía...

 maté demasiadas mariposas.

 Solo estoy dejando ir lentamente mi vitalidad... no deseo nada más que abandonar el sufrimiento de no querer, no salgo de mi cama hace días, nadie se pregunta dónde estoy o siquiera si sigo estando... le peso a la gente que amo, así que huyen a toda costa para ser

libres de mi dolor.

No hago más que extrañar a quien solía ser; extraño sentir la luz del sol en mi piel... extraño sentir sabor de la lluvia en mis labios... extraño sentir el éxtasis de estar viva... extraño correr descalza y sentir la humedad de la hierba por la mañana bajo mis pies...

extraño sentir.

En el interminable abismo de la angustia, los destellos de la vida son totalmente insignificantes, y no hay consuelo para un dolor como este más que dejar ir este cuerpo encadenado a las suaves sabanas manchadas de rojo.