Entre el suave viento de la recién nacida primavera
Una cabellera de las diferentes tonalidades de la misma tierra se encontraba yaciendo en la hierba
Humeda y goteando entre el oasis y el olor de tal manto
Campo brumoso de flores y variados colores
Colores que se iluminaban con los radiantes rayos de la estrella más grande
Iluminaba así mismo los ojos de aquella mujer de piel fría
Tomaba una flor mientras recitaba al son de los pétalos que arrancaba
"Me quiere, no me quiere, me quiere, no me quiere"
Terminaba con una y torturaba a la otra, su ávaro corazón delirante de amor de pesticidas llenaba el campo
Nunca estaba satisfecha con el resultado que le daban
Y aunque el sol descendía y todo recurso de luz se apagaba
Seguía encendida en su interior esa llama
"Me quiere, no me quiere, me quiere, no me quiere"
¿Cómo podía la naturaleza misma ponerse en su contra? ¿Si tanto la admiraba, la adulaba y de halagos la asfixiaba?
Era imposible tanta crueldad
Su vista se agotaba pero en el fondo esperaba
Una respuesta que a su blando corazón alegrara.
Volvía la mañana y al parecer las palabras que siempre balbuceaba se hicieron realidad
"Por vos pasaría las siguientes noches en vela fantaseando con lo que me ofrezcas"
De rodillas frente al cristalino y melodioso lago
Y en sus delgadas manos el último clavel blanco
"Me quiere, no me quiere, me quiere..."
Sin darse cuenta se desvanecieron los pétalos sobrantes
Sin darle una respuesta ni un poco más favorable
Rompió en llanto y dejose caer en el ya baldío suelo
Angustiada, llena de ira, de tristeza y de rabia
Una desesperación profunda que le hacía ver el pigmento de sus brazos color escarlata.
"Me quiere, no me quiere, me quiere, no me quiere, me quiere."
Extrañamente no tuvo la suerte de recoger una florecilla de cinco pétalos
O más si eran necesarios
Pero, ¿para que? Si la respuesta estuvo siempre en sus manos
El agua cristalina dejó de ser azul para tornarse del color que demostraba su pasión
Cuatro trozos de carne flotando en el agua y el quinto ya ingerido por la satisfacción provocada.
Incluso con sólo una extremidad completa, seguiré cultivando y recogiendo flores para vos.
Mutilaría mi todo, sazonaría mi corazón para darte de comer
Y a pesar de todo moriré feliz conociendo si de verdad sentiste tentación por mi ser.
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