Capítulo oficial de una de mis historias llamada: Gia.

Ferretti

            Treinta minutos. Ese era el tiempo exacto para terminar con todo y salir sin inconvenientes, así que, cuando Alexandro Ferretti, —un empresario multimillonario—, subió al auto junto a su asistente, y se preparaban para partir, se vieron… indispuestos. El repentino freno del auto fue más que suficiente para bloquear el soplido que produjo el arma cuando se disparó. Nadie pareció notar el repentino cambio que se produjo, pues la señora Ferretti estaba en la cocina preparando la comida de las cuatro, y como de costumbre, el hijo del matrimonio jugaba en el patio al tiro al blanco.

            Mientras el perpetrador se mantenía en las sombras, observó como el hijo de matrimonio atinaba el blanco con su arco, y al notar que su padre aún no partía corrió al auto para mostrar su logró. Vaya desafortunado inocente, ¿quién diría que se encontraría con una terrible escena que lo dejaría marcado para siempre?

            El grito inocente de Manson Ferretti fue suficiente para que su madre saliera corriendo a ver que sucedía, llevándose así también una terrible sorpresa, y pronto, todo el personal había salido a ver que sucedía. A los pocos minutos, la noticia se había extendido por los rubros más altos de la sociedad, y el infractor una vez concluido su trabajo, salió de la mansión infiltrándose con la repentina multitud que yacía en el exterior cuando la ambulancia sacaba el cuerpo sin vida del multimillonario y su asistente.