25 de enero del 2024.
Estaba recostada en el césped con mi camisa a cuadros azúl y mi pantalón cargo negro, creo; en frente de mí estaba yo otra vez pero con mi blusa azul de mangas blancas (o quizás traía alguno de mis vestidos, no lo recuerdo) y el cabello recogido en dos coletas. Ambas versiones de mí se miraban fijamente. Entonces vuelvo a ser solo una persona, ahora estoy en una fiesta de cumpleaños de alguien que desconozco, que solo he visto en televisión pero de quién no sé siquiera su nombre. Todas las decoraciones son azules y entre las cosas que dan en la fiesta regalan pulseras personalizadas con los personajes de Nintendo. Tomé la pulsera que era de Link porque en mi cabeza maquiné regalársela a A. Salgo corriendo de la fiesta porque tengo ensayo en mi escuela (parecía que íbamos a montar un espectáculo con números de musicales tal como nuestros compañeros de segundo año). Estamos allí ensayando y de la nada aparecemos en mi horrible preparatoria, parece que allí vamos a presentarnos. En mi sueño solo estamos F, C, el otro A y yo.
Nos piden utilería y entramos al viejo auditorio por ella, allí está A que me saluda de mala gana pese a que aparentemente no le había visto en un tiempo (según el universo de ese sueño) y siento un golpe en mi corazón. No me atreví a darle la pulsera.
C y yo dejamos de lado a A que se queda en alguna parte del auditorio haciendo quién sabe qué, tomamos algunos objetos que necesitaremos de utilería y percibimos ráfagas de viento que van hacia todas direcciones del auditorio. C se marcha y me acerco a A para decirle algo, él sigue cortante y yo no me explico por qué. De la nada una ráfaga de aire le envuelve y le hace invisible, así que a partir de este punto solo puedo escuchar su voz y percibir su presencia. Llega F y toma algo de lo que aparece un espíritu de elefante, F pide disculpas al enorme animal y ora para que este consiga su descanso eterno; el animal desaparece.
F se acerca a mí a preguntarme algunas cosas y entre A y yo le explicamos qué está pasando. Las puertas se cierran con fuerza y yo le pido a A que no se aleje de mi lado. A, F y yo corremos hacia cada puerta en búsqueda de que alguna esté abierta. F encuentra una abierta y sale por allí invitándonos a imitarla, pero A no quería irse sin encontrar una solución a su problema y yo no quería dejarle solo, así que no salí del auditorio, sin embargo, aunque llamaba a A, este ya no me respondía.
Desperté.
Comments
Displaying 0 of 0 comments ( View all | Add Comment )