Primera publicación con una de mis partes favoritas del diario de mi queridísima amiga personal, Alejandra:
... Hay gente. Pasan cuerpos. Si pudiera verlos como los veo, es que no puedo explicar cómo los veo, no puedo decirlo con palabras que expliquen. Un fuego, pies, paraguas, libros, bombonerías, alimentos para perros, todo gira, todo gira como en la noche cuando hace frío en mi cuartito de un quinto piso de Saínt-Michel, y yo me cubro, yo me envuelvo, me mezo en mi nostalgia preferida, me abrazo a la almohada y lloro, me avergüenzo de mi edad (la de mis papeles) y no comprendo por qué, tan de repente, ya no soy una niña . Pregúntalo, anda, demándalo, quéjate, protesta. Y después voy a tomar café al Ruc, un lugar burgués dicen pero en verdad. .lleno de viejas que se trae un sobrecito con café en polvo y sólo piden agua caliente para disolverlo y pan con manteca...
23hs
¿Por qué protesto? Es muy simple: nunca en mi vida pensé en mis circunstancias personales : escuela, familia, trabajo, relaciones, amigos. Me limité a sufrirlos como testimonios opuestos al clima de magia y resultado de mi memoria . Luego, es natural que me dañen. Me sobrecoge mi carencia de defensas. Pienso en el suicidio. (Coqueteo con él. Como si al decirlo quisiera asustar a alguien. Pero mamá está lejos. Y tal vez no existe.) Como si aceptarme en mis circunstancias actuales llevara implícito un renunciamiento a algo fabuloso. Es el viejo problema. De todos modos, yo no existo. Soy un ser evanescente: la hija del aire, enamorada del viento. "
Comments
Displaying 0 of 0 comments ( View all | Add Comment )