Flotando y tarareando la misma canción de siempre, perona se asoma en la habitación de zoro, toca dos veces y entra antes de que este ni siquiera responda.
-¿Que quieres ahora?
Esta solo muestra un cepillo color rosa que trae en su mano mientras le sonrie y se acerca a su cama.
- Estoy empacando las ultimas cosas, no tengo tiempo de jugar al salón de belleza ahora.
Dice serio mientras mete algunas prendas que ella misma le ha cosido, a un viejo y feo bolso.
-Nisiquiera tendrias cosas que empacar si no fuera por mi.
Se sienta en la cama dándole la espalda.
- Aún estarías usando ese viejo y nada lindo atuendo una y otra vez. Era una amenaza para mis ojos.
Extiende el cepillo esperando que este lo tome.
- Además nisquiera he escuchado un misero gracias de tu parte. Esto es lo minimo que puedes hacer.
Zoro suspira rendido.
Podría haber quejado y haber seguido peleando con Perona por horas, pero tiempo es lo que menos tiene.
En solo dos horas un barco de un conocido de Mihawk que le debia un favor pasara a buscarlo para llevarlo hasta el archipiélago sabaody donde por fin despues de dos largos y agotados años entrenando, vera de nuevo a sus nakamas.
Sonrie para si mismo algo entusiasmado con la idea mientras toma el cepillo de entre los dedos de Perona.
-¿Solo lo cepillo o la gran duquesa quiere algún peinado?
-¡Soy princesa, no duquesa!
Se queja la pelirrosa inflando las mejillas.
-lo que sea.
Dice poniendo los ojos en blanco.
-Solo cepillalo, hoy quiero llevarlo suelto.
-Bien.
Zoro comienza a cepillarlo como perona le ha enseñado, comenzando con las puntas y subiendo poco a poco. A pesar de que este es tosco y bruto para la mayoría de tareas que hace, Perona puede sentir las manos gentiles del espadachin pasando suavemente por su largo y fino cabello.
No es la primera vez que estos dos comparten un momento así. En silencio, sin necesidad de hablar, solo escuchando el suave y agudo tarareo de la chica.
Aunque Zoro nunca lo admita, disfruta de toda esa calma, es agradable pasar tiempo con aquella niña mimada sin la necesidad de escuchar sus gritos, su risa escandalosa o ser atravesado por sus negative hollows cada vez que esta se enoja, ademas de sentirse mas relajado cada que termina de cepillar ese tan largo cabello.
Pasan los minutos y Perona segue tarareando con los ojos cerrado mientras intenta aguantar las lagrimas, no sabe cuantas veces ya ha repetido la misma cancion, pero no le importa en lo absoluto. Si por ella fuera podria haber seguido tarareando por horas, incluso dias, si con eso significa que ese momento no se acabara.
Zoro tambien lo tenia dificil, no recuerda cuantas veces ha cepillado el mismo mechon de cabello sintiendo un nudo en el estomago, sabiendo que en algunos dias ya nisiquiera recordara lo suave que se siente pasar la mano por ese sedoso rosa pastel.
Sin querer, pero con una fuerza de voluntad que lo caracteriza, Zoro se aclara la garganta, haciendo que perona deje de inmediato de tararear y abriera los ojos algo aguados. Deja el cepillo en la cama junto a ella y se voltea mientras camina nuevamente donde esta su bolso, para continuar con lo que ha dejado pendiente.
-Ya esta, quedo tan suave y cedoso como a la duquesa vampira le gusta.
Dice para molestarla, y que el ambiente tan pesado en el que estan se relaje un poco.
- ¡Es princesa fantasma! Inutil musgo sin orientacion.
A pesar de que vuelven a insultarse y molestarse como siempre, se puede notar el extraño tono de voz melancolico en cada uno.
-Ademas lo has dejado horrible.
-Bueno si no te gusta como ha quedado es tu culpa por pedir-
-Gracias~
Dice la chica interrumpiendolo y tomando su cepillo de la cama lo mas rapido que puede mientras sale flotando de la habitación, sin dejar siquiera responder o pensar a Zoro.
Perplejo, se queda mirando la puerta por donde ha huido la chica fantasma.
Suspira algo dolido.
Es la primera vez en dos años que Perona le ha dado las gracias, y a pesar de sentir una satisfaccion y algo de felicidad, no puede haber escogido peor momento para hacerlo, incluso habria preferido nunca haberla escuchado agradecerle, asi su pecho no doleria tanto como lo esta haciendo en esos momentos.
Agitando su cabeza para dispersar sus pensamientos, sigue en lo suyo, sintiendo cada vez mas las punzadas de dolor a medida que pasan las horas.
Zoro y Perona no congenian en muchas cosas, bueno, en casi nada sinceramente, son tan opuestos y distintos que es dificil imaginar que estos dos tuviesen algo en comun, pero lo tienen.
Zoro y perona comparten el mismo maldito orgullo caracteristico en ellos, ese maldito orgullo que a pesar de todo lo que están sintiendo y quieren decirse ese día, se lo guardan y esconden como siempre. Por que el será el mejor espadachin del mundo algún día y el vice capitan del rey de los piratas y ella es la princesa fantasma, de la tripulacion de triller bark que debia volver al lado de Gecko Moria. Ninguno tiene tiempo ni espacio en su agenda para sentimientos ni cursilerias como esas.
Ninguno tenia planeado desde un principio un futuro junto al otro.
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