¡Se Robaron mi Gansito!
En la aurora de un día radiante,
despierto con alegría palpitante.
Corro ligero, las escaleras desciendo,
cada peldaño, mi emoción enciendo.
Hacia la cocina, mi paso acelero,
un día feliz, en cada sendero.
El aroma de la mañana me envuelve,
promesas de alegría el día me resuelve.
Abro el congelador con expectación,
anticipando un dulce corazón.
Pero la sorpresa es fría y amarga,
mi alegría se desvanece, se embarga.
Robaron la delicia que guardaba,
un gansito, mi alma abrazaba.
Confié en la seguridad del hogar,
pero el dulce fue a parar a otro lugar.
En la traición de un acto sorprendente,
mi familia, ¿cómo es posible, de repente?
El gansito, robado y devorado,
por aquellos en quienes confiaba, extrañado.
El día feliz se tiñe de gris,
una lección en la traición se imprime.
Aunque el gansito se haya perdido,
la esperanza en el amor no ha sido vencido.
En la adversidad, la fortaleza emerge,
un día feliz, aunque el gansito no surge.
La confianza herida, pero el corazón late,
en la búsqueda de alegría que nadie arrebate.
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