encuentros que más bien
parecen desencuentros.
amores fugaces
que quedan impregnados
en lo profundo de mi ser.
alimentaron momentáneamente,
la ilusión,
el anhelo,
de volver a sentir algo dentro.
aferrados al amor,
pues el vacío interior
carcomía las ganas de
ver a través de la tempestad,
donde el brillante sol yacía,
para así poder seguir
deambulando en la ciudad de la furia.
inicios con sabor a despedidas,
se asomaban,
mientras se volvían polvo
para dar paso a las flores nacientes
en el jardín de la esperanza.
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