LOS PANES DE LA TIENDA DE LA ESQUINA...

Los panes de la tienda de la equina son sus favoritos, su café favorito es cappuccino y su color favorito es el amarillo. Si tuviera que describirla lo haría con ese color incluso cuando pienso en ella, las tonalidades son amarillas de un día soleado con un buen viento para un viaje en carretera.

Es hermosa y muy distraída, supongo que todos los artistas lo son, su mente va de un lado a otro como la marea, deja todo para el final, pero siempre lo hace bien.

Cuando la vi por primera vez esperábamos el bus en la universidad, parecía querer pasar desapercibida pero su sonrisa llamaba mucho la atención. No le hable ninguna de las veces que nos topamos en el mismo lugar, a mi gran imaginación le gusta pensar que el destino buscaba juntarnos y ninguna de las dos cedíamos.

Estudia arquitectura, pero los trazos perfectos y simétricos son su némesis mientras que el desorden y la espontaneidad son sus talentos.

Su mejor amiga es extranjera y todo lo contrario a ella, su mejor amigo es como la versión más tranquila de ella, su rommie es como ella, pero más estricta, su vecina es como ella, pero más alta, su hermano es como ella pero más joven, su madre es como ella pero más extrovertida. La verdad es que no sé cómo son las personas a nuestros alrededores porque en todo lo que veo hay un cachito de ella y no puedo evitar compararla con lo que sea porque todo me recuerda a ella.

Es muy sonriente y cuando esta con desconocidos actúa como una persona relajada a la que no le importa nada, pero en realidad se preocupa más de lo que debería, le gusta hacer sentir bien a los demás y casi nada la hace enojar, excepto yo cuando me le quedo viendo y no digo nada, la pone nerviosa y es que siento como si de repente fuera muda. Ojalá algún día pueda recitarle en un poema todo lo que siento, pero por mientras solo le sonreiré mientras la admiro y ella besa mi frente.

Es escorpio, pero no cree en los horóscopos, le asusta el hecho de que unas simples estrellas decidieran su destino sin consultarla, no tiene religión, pero insiste que ella llego a mi vida por algo. No debería tomar sus palabras en serio, si ella lo quisiera les vendería hielo a los osos polares o agua a los peces.

Habla tanto que se le olvida lo que dijo hace unas cuantas oraciones, me gusta escucharla decirme todo lo que le sucedió en su día mientras bebemos café y nos tomamos de las manos.

Tenemos pocas cosas en común excepto el gusto musical, pero es porque ninguna de las dos tenemos un favorito, no escuchamos a un artista o género en especial por lo que nuestra playlist es bastante diversa. Mi parte favorita es cuando viene a mí con esa mirada brillosa y me dice “tienes que escuchar esta canción”.

Mi sueño es escapar con ella, no tenemos nada de que huir, pero me gustaría ir a un lugar donde nadie sabe quién es ella o quién soy yo, las personas de por aquí asumen saber todo sobre ti solo porque te han visto crecer.

A pesar de que mi mundo gire a su alrededor, sé que el de ella no está en este plano, probablemente ella esté pensando en diez futuros distintos o en qué color debería hacer el cuadro esta vez. Es tan volátil que no me sorprendería si decide dejarme e ir por su cuenta o quisiera casarse ahora mismo.

Sea lo que sea, la panadería está abierta y el olor delata que ella no tarda en llegar.