En el rinc贸n de mis recuerdos de juegos, hay un lugar especial reservado para The Legend of Zelda: Ocarina of Time. Recuerdo la primera vez que lo jugu茅, aunque, en emulador, me sumerg铆 en un mundo lleno de magia, misterio y aventura.
Desde los bosques encantados de Kokiri hasta el imponente Templo del Tiempo, cada rinc贸n de Hyrule resonaba con la nostalgia, sent铆 que ya estuve ah铆 antes, pero era mi primera vez ah铆, y esa fascinaci贸n por lo desconocido. Cada acorde de la ocarina, cada puzzle resuelto, se sumaba a la narrativa fascinante.
Sin embargo, mi viaje encontr贸 su pausa en el ardiente desaf铆o del Templo del Fuego. Las llamas danzantes y los rompecabezas dif铆ciles se interpusieron en mi camino, deteniendo mi avance (Aparte de la universidad y mi vida social). Y as铆, mi historia en Hyrule qued贸 en suspenso. A pesar de no haber llegado al final, la esencia de Ocarina of Time permanece v铆vida en mis recuerdos.
La nostalgia se mezcla con la fascinaci贸n por el destino que a煤n aguarda en ese templo ardiente. Como una ocarina con melod铆as incompletas, mi experiencia en Hyrule es un viaje que espera ser retomado, una historia que anhela su cap铆tulo final.
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