Poema #11 Puerto

Puerto

Un barco zarpó aquella tarde,

el sol dorado se despidió lentamente.

Recuerdo ese atardecer,

cuando mi corazón susurraba que sería la última vez.

¡Adiós, querida ciudad!

Las luces se desvanecen en el horizonte,

mientras el barco se aleja.

¡Adiós, mi amor!

Tus palabras aún resuenan en mis oídos,

como el eco de las olas contra el casco.

¡Adiós, querido atardecer!

La brisa salada me envuelve,

mientras miro hacia atrás una vez más.

Me voy en este barco,

rumbo a destinos desconocidos.

No sé en qué puerto desembarcaré,

pero sé que la vida me guiará.

Y aunque las despedidas son dolorosas,

también son inevitables,

como las mareas que llevan y traen,

como el fluir constante del tiempo.